lunes, marzo 13, 2017

 

MTRO. JUAN DÍAZ DE LA TORRE






Maestro Juan Díaz de la Torre 
Presidente del Consejo General Sindical del SNTE.

Muy buenas tardes.
Señor licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Señor licenciado Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, Gobernador del estado de Morelos y Presidente de la CONAGO. Al saludarlo a usted, saludo a la señora Gobernadora y a todos los señores Gobernadores.
A todos, con quienes comparto el honor del presídium.
Señoras y señores, todos.
Hoy, efectivamente, nos reúne un evento de enorme significado para todos los mexicanos; la presentación de un modelo educativo que busca responder a las exigencias del desarrollo social, económico, científico y tecnológico y cultural de nuestro país.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que me honro en representar, tiene de siempre un discurso y una acción educativa cotidiana, orientada prioritariamente a defender el interés y el derecho superior de la niñez y la juventud a una educación pública, laica, gratuita, integral, obligatoria, democrática y de calidad para todos.
La etapa que hoy culmina en la ruta de la construcción del modelo educativo, demuestra en los hechos que, mediante la participación de la sociedad con el debate de ideas y propuestas, con la voluntad de unirnos en torno al interés superior de los niños y los jóvenes de la nación, es posible concretar compromisos que fortalezcan la confianza de que todos haremos que el futuro de México sea promisorio.
Destaco en esto, el valor estratégico del consenso logrado sobre el Nuevo Modelo Educativo, el cual radica en cuestiones fundamentales.
Fortalece a la educación, como un derecho humano, un bien público y, por ello, una responsabilidad indelegable del Estado mexicano.
Garantiza la aplicación de políticas y estrategias educativas para hacer efectivos los principios filosóficos del Artículo 3º Constitucional, en el pleno ejercicio del derecho de los niños y jóvenes a una educación de calidad con equidad. Y se dirige de manera especial, al logro de trayectorias completas y exitosas en la educación obligatoria.
Contiene, efectivamente, una teoría pedagógica actualizada que sienta nuevas bases para la planeación, la organización y la gestión escolar. Permitirá diseñar una curricula donde se condensen las concepciones epistemológicas, pedagógicas y psicológicas, a través de las cuales se lograrán los objetivos de la educación.
Se renovarán planes y programas de estudio, libros de texto pertinentes y relevantes, así como la mejora de los métodos y prácticas de enseñanza.
Es el momento de que los cuatro pilares del sistema educativo: el Gobierno, los maestros, los padres de familia y los alumnos, aportemos lo que nos corresponde para alcanzar el objetivo de la reforma.
La amplia participación en la consulta sobre el modelo educativo, puso de manifiesto que la educación es aspiración, es exigencia y es tarea de absolutamente todos nosotros.
El Gobierno tiene claramente definidos en la Constitución y en la Ley General de Educación, las responsabilidades para el con el Sistema Educativo. Los padres y las madres de familia deben saber que la base del desarrollo integral de sus hijos e hijas, inicia con los aprendizajes que la familia les propicia. Entre ellos, y de manera muy especial, está documentado que el vocabulario que los niños alcanzan en la familia antes de iniciar el trabajo escolar, es clave para incorporarse en mejores condiciones al ambiente escolar, como una herramienta indispensable para el abordaje curricular.
La familia debe hablar con sus hijos sobre el valor de la educación en su proyecto de vida. Sólo así, comprenderán la trascendencia del conocimiento y acudirán con entusiasmo a la escuela. Unos y otros debemos reconocer que la comunicación entre padres y maestros debe girar en torno a ese interés de los niños.
Los maestros y maestras entendemos, y estamos haciendo lo necesario para actualizarnos, porque la velocidad de los cambios así lo exige. Conocemos las diversidades de nuestros alumnos, palpamos todos los días, en el aula, los muchos Méxicos que tenemos.
Ahora, como ayer, asumimos y ratificamos nuestro compromiso profesional y vocación magisterial. Sin embargo, no podemos sustituir a la familia ni al Gobierno; les necesitamos para responderle a México en cada uno de sus alumnos.
El nuevo modelo responde a los objetivos de la reforma. El 3° Constitucional establece el derecho humano de la niñez y de la adolescencia a una educación de calidad con equidad. Y en ese mismo rango constitucional-jurídico, protege los derechos constitucionales de los trabajadores de la educación.
Lo afirmamos una vez más: No hay contradicción entre el derecho a una educación de calidad y la vigencia de los derechos de los trabajadores de la educación.
Define la educación que necesitamos para el Siglo XXI, y precisa sus finalidades, en el marco de las transformaciones socioeconómicas, científicas, tecnológicas y geopolíticas en curso.
Inicia, como ya está en marcha, la modernización de la infraestructura y el equipamiento escolar, con el propósito de convertir a las escuelas públicas en espacios que estimulen la creatividad, la curiosidad y el interés de las niñas y los niños por el aprendizaje.
Establece las exigencias para la innovación en la formación inicial y el desarrollo profesional de los docentes. Este tema, en particular, ha sido una asignatura pendiente en ésta y en otras reformas educativas del pasado.
En estos dos puntos, en particular el SNTE, cuidaremos que nadie convierta estos procesos en campos de batalla ideológico, económico o político. Los planes y programas, y el contenido de nuestros libros, deberá contener la visión que la inmensa mayoría de los mexicanos queremos y requerimos.
Seguiremos actuando e insistiendo para que el énfasis puesto en la evaluación, se traslade a la formación y el desarrollo profesional de todos los maestros, así como la urgente transformación y fortalecimiento de las instituciones formadoras de docentes; un modelo que contemple una formación docente de alta calidad, el reconocimiento y respeto social al magisterio y a las condiciones laborales, profesionales y administrativas, que propicien un equilibrio entre el trabajo individual en el aula y el trabajo colegiado.
Si bien mejorar el perfil académico y el desempeño del profesorado es un actor esencial, también, es tiempo de hacer realidad la reducción de las cargas administrativas, el impulso de la calidad de las estrategias pedagógicas, una gestión escolar eficiente, un currículum pertinente y relevante, así como con políticas que favorezcan la equidad y la inclusión.
Ante la modificación de la currícula, es importante cumplir con la estructura ocupacional en cada escuela.
En el caso específico de la educación secundaria, donde el mapa curricular es modificado, debemos acabar con una de las prácticas tradicionales, tales como asignar a los docentes asignaturas diferentes a su formación profesional.
La autonomía curricular otorgada a las escuelas, es una oportunidad para contextualizar la acción educativa. Es preciso subrayar que, en éstas autonomías curriculares, deben respetar las facultades profesionales de los docentes para realizarlas. Los consejos técnicos escolares no deben confundirse con los consejos escolares de participación social. Las facultades, responsabilidades y capacidades son definidas, y están establecidas en la ley y en sus lineamientos.
Continuaremos impulsando la transformación del sistema educativo desde la fortaleza de la escuela pública de calidad, para que siga siendo un factor de permeabilidad y justicia social que brinde un horizonte de más oportunidades a esos 32 millones de chicos.
Estamos atentos al calendario que establezca los tiempos, los programas y las acciones que den certeza de lo que se llevará a la realidad del Nuevo Modelo Educativo, así como los mandatos de la Constitución en cada elemento del sistema. Los maestros seguiremos cumpliendo con lo que nos corresponde.
Señor Presidente:
Reciba usted nuestro reconocimiento por dar a la educación pública el carácter prioritario como palanca del desarrollo del país. Para nosotros, la Reforma Educativa ha significado la determinación de su Gobierno de fortalecer la escuela pública, creando las condiciones para que sea de calidad para todos.
Conocemos la dimensión del desafío, por lo que es y representa demográfica y territorialmente nuestro sistema educativo.
En el SNTE, hemos asumido el reto de transformarnos para cumplir nuestro compromiso irrenunciable con México, al que debemos nuestra misión fundacional, hace 74 años. Lo que no cambia, es nuestra esencia magisterial; la vocación de hacer de la educación la vía de la transformación.
Señoras y señores, todos:
Con base en la unidad, el orgullo que sentimos de ser maestros y el compromiso que caracteriza a nuestro sindicato, manifestamos nuestra determinación de promover y coadyuvar al fortalecimiento de la unidad nacional y la convivencia armónica de los mexicanos desde este privilegiado y extraordinario espacio de la educación pública.

Muchas gracias por su atención.





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