lunes, noviembre 10, 2014

 

PARA CELEBRAR EL 12 DE NOVIEMBRE, “DÉJAME QUE TE LEA”

El Maestro Felipe Garrido con nuestro compañero Juan Cristobal


Felipe Garrido

Yo tengo cuatro hijos. Y les debo muchas lecciones. Me sucede que cualquier día, mientras pienso en cualquier otra cosa, de pronto me asalta otro recuerdo: hay algo más que aprendí de ellos. Por ejemplo: abismarme en una lectura tan total y profundamente que se desvanecen las fronteras entre la realidad de lo que está escrito y la que va del texto hacia allá o del texto hacia acá. A mí, si alguien me enseñó a leer, ese alguien fueron mis hijos.
Es cierto que yo lo hice antes con ellos. Innumerables veces les conté y les leí. Si estábamos tristes, la historia aquella de la niña que quería a su padre tanto como a la sal nos devolvía el buen humor. Es cierto, yo lo hice antes. Pero, ¡qué mal lo hacía! ¡Qué mal contaba y qué mal leía! Hasta que ellos, los cuatro, poco a poco, juntos o separados, me fueron enseñando a contar y a leer. Ellos me enseñaron a concentrarme, a esforzarme por entenderlo todo, a disfrutar una aventura, una frase hermosa, un disparate, una información que no tenía, una idea que jamás antes se me había ocurrido. Al acompañarlos en sus, en nuestras lecturas, fui haciéndome un mejor lector.
Leyendo con otros, y muy especialmente con los jóvenes, con los niños, con quienes van descubriendo lo que creemos saber, todos podemos, siempre,  hacernos mejores lectores.
Tenemos a la vista, muy cerca ya, el día 12 del mes próximo, el 12 de noviembre, el Día Nacional del Libro. Desde hace 35 años, desde 1979, cuando un decreto presidencial instituyó esta celebración en el día en que se conmemora también el nacimiento de sor Juana Inés de la Cruz, esta fecha nos invita a redoblar nuestros esfuerzos para hacer de México un país donde todos, más allá de estar alfabetizados y de acumular años en la escuela; más allá de servirnos de la lectura y de la escritura para trabajar, estudiar e informarnos, seamos lectores de todos los días, lectores que lean por el gusto de leer y que estén acostumbrados a convertir sus experiencias, sus conocimientos, sus imaginaciones, sus deseos, sus propósitos en textos: lectores capaces de escribir.
Con este mensaje quiero invitarlos a celebrar este día en los hogares, en las escuelas de preescolar a posgrado y las bibliotecas, en las Salas de Lectura, los Libro-clubes, los círculos de lectura, los grupos de amigos que se reúnen a leer, de una manera especial. 
Tomemos a los niños, a los adolescentes, a los jóvenes en estos días que nos separan del 12 de noviembre, y leamos junto con ellos de manera que cada uno prepare, monte una lectura, y en el Día Nacional del Libro pueda regalarla a quienes tiene cerca. Tomemos nosotros mismos, los adultos y los viejos, una lectura que nos guste; o dos, o tres, dirigidas a la gente que queremos, a la gente con la que trabajamos, a la gente que nos acompaña en la vida, para entregársela en ese día. Que “Déjame que te lea” sea nuestra manera de celebrar esta fecha en este año y en todos los que vengan. Libros sin palabras, porque las ilustraciones también se leen. Libros-álbumes donde las imágenes y los textos van narrando la historia. Poemas y cuentos. Lecturas de historia y de ciencias. Libros de viajes y biografías. Los libros que exploran el mundo y los que nos dicen cómo somos. Dejemos que esos niños, adolescentes, jóvenes elijan las lecturas que les interesan, que los inquietan, que les permiten descubrirse. Que busquen o que escriban lo que quieran leernos.
Este año el 12 de noviembre es un miércoles, un día que se encuentra en la mitad exacta de la semana. Dediquemos esa semana completa a festejar la lectura y la escritura, que son el más firme cimiento para construir el mundo que queremos tener.





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