martes, diciembre 03, 2013

 

PROFR. JUAN DÍAZ DE LA TORRE





Muy buenas tardes a todas, a todos.
Señor licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de México; señores Gobernadores; señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal; señor Secretario de Educación Pública; señora Consejera Presidenta de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
Distinguidos y respetables integrantes del presídium todos; compañeras y compañeros maestros; queridos niños; señoras y señores:
Hoy nos convoca y nos une un tema fundamental para México. Pocas oportunidades existen de estar reunidos en torno, como aquí se ha dicho ya, a uno de los consensos más sólidos e íntimamente vinculados a nuestro desarrollo social y económico, y a la dignidad de nuestra Nación, como lo es, sin duda, la educación.
Que estemos presentes en esta Ceremonia de Firma de Convenios para Implementar la Reforma Educativa los Gobernadores de todos los estados y el señor Jefe de Gobierno, los miembros del Gabinete, los señores Secretarios de Educación de las entidades, la representación del INEE, organizaciones de sociedad y el SNTE, con la presencia, además, destacada del Presidente de la República, es motivo de satisfacción y, sobre todo, momento de compromisos y definiciones.
La educación no admite retórica alguna. La educación es un acontecimiento social diario, cotidiano, que sólo amerita respeto, responsabilidad y esfuerzo conjunto.
Mientras estamos aquí reunidos y en el transcurso del día, hay 27 millones de niños y más de un millón de maestras y maestros, trabajando y cumpliendo su misión en las aulas de la educación básica.
Decir esto es muy sencillo; sin embargo, tenemos que valorarlo en toda su dimensión. Estamos hablando de seres humanos que a través de la educación están construyendo un futuro mejor, más próspero, más digno, más solidario para ellos, para su familia y para todo México.
Es sencillo decirlo; sin embargo, detrás de esas cifras que son impresionantes por sí mismas, hay también décadas de esfuerzos de un país, incontables recursos económicos invertidos, generaciones y generaciones de maestras y maestros, todo un cúmulo de compromisos sociales y de Gobierno llevados a cabo con la mejor de las voluntades para que el hecho educativo diario año tras año avance y no se detenga.
La educación de los mexicanos ni empezó con nosotros ni terminará con nosotros. Todos somos parte de un esfuerzo sin tregua, de un constante afán educativo que como otras muchas ocasiones nos ha distinguido como Nación.
Nuestro deber hoy, sobre todo el deber quienes somos maestros y maestras, es responder a las necesidades educativas actuales, hacerlo con plena conciencia de nuestra responsabilidad y de un presente que está comprometido con el futuro.
La educación no es ni puede ser estática, inamovible, ni mucho menos inercial. Si el individuo cambia lo hace también la comunidad a la que pertenece, la sociedad en la que se incluye, el país en el que convive requiere de ambición y aspiración, requerimos verlos en el futuro.
Quienes se resisten al cambio generan abulia, descontento, temores. Quienes pretenden que todo siga igual generan a final de cuentas afrentas sociales que a su vez derivan en enconos.
Sólo la determinación de cambiar puede producir avances. Las maestras y los maestros lo sabemos y lo sabemos muy bien, porque día a día intentamos ayudar a nuestras niñas y niños a lograr ese cambio y ese avance.
Los maestros y las maestras del SNTE venimos de una tradición reformista y por lo tanto hemos mantenido un compromiso histórico con la educación al servicio del pueblo, que es el lema de nuestra organización.
A lo largo de 70 años transcurridos desde nuestra fundación hemos sido protagonistas de las reformas más trascendentales de este país, nunca hemos sido meros observadores complacientes, hemos estado comprometidos siempre con el cambio, con la justicia social, con el fortalecimiento de la educación pública y la vida de la democracia.
Hoy en México se han emprendido y logrado reformas de gran calado y otras habrán de alcanzarse en los próximos días. Reformas indispensables y que definirán nuestro destino como Nación en el Siglo XXI.
Se trata de reformas que a pesar de su necesidad estuvieron en algunos casos durante lustros, frenados por la falta de decisión, por la falta de voluntad política. Reformas que en diversos casos se diluyeron también, por la falta de audacia o por la incapacidad de construir los consensos, por encima del capricho, de la retórica o de la mezquindad política.
En este año, las grandes reformas emprendidas se han llevado a cabo por la capacidad para alcanzar consensos en la diversidad. Reformas emprendidas y logradas, anteponiendo los intereses y las necesidades del país y de la sociedad mexicana, con la certeza de que es posible construirnos, juntos, un camino de mayor bienestar, de mayor desarrollo y de justicia.
Estamos conscientes, por supuesto, que reforma implica cambio, trastocar el orden establecido, revertir o deshacer la inercia, atreverse a buscar nuevos caminos, nuevos horizontes, con esfuerzo y tenacidad.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación apoya las reformas en marcha, porque estamos convencidos de que con ellas el futuro de los mexicanos y, por ende, de las maestras y los maestros comprometidos con México tendrá mayores y mejores posibilidades de desarrollo y sobre todo, además, porque no violenta los derechos de todos los que trabajamos por la educación.
El SNTE apoya la Reforma Educativa porque concilia la urgencia de transformar la educación con el pleno respeto a los derechos laborales y a la superación profesional de las maestras y los maestros.
Esta reforma está en sus inicios fundamentales, sí, pero inicios. Rompe la inercia. Rompe lo estático. Requiere avanzar para lograr sus objetivos. Necesitamos avanzar en su concreción y materialización. Necesitamos asegurar su viabilidad, cuidar su implementación y garantizar su cumplimiento y entender eventualmente o detener las desviaciones.
Avanzar implica, sobre todo, colaboración y respeto entre todos quienes tenemos la responsabilidad de llevarla a cabo.
Necesitamos, todos juntos, pasar con nuevas actitudes, sin atavismos ni prejuicios sectarios, de la palabra a la acción, de la reflexión a la movilización creativa. Concebimos a la Reforma Educativa como la base para desplegar una auténtica política de nación orientada a resolver la desigualdad y los rezagos educativos acumulados durante tantos años.
La desigualdad social y la inequidad en la educación, son desafíos enormes que todos los aquí reunidos necesitamos afrontar y vencer.
Nadie puede estar al margen de esta realidad. Es absolutamente injusto que existan escuelas de primera para quienes todo lo tienen y escuelas empobrecidas, escuelas de segunda y hasta de tercera para quienes carecen de lo más elemental, cuyo futuro se encuentra en suspenso por la falta de oportunidades educativas dignas y de calidad.
Los tres niveles de Gobierno y los maestros de todo el país que compartimos la urgencia de elevar la calidad de la educación tenemos la obligación de resolver con urgencia la pobreza que existe en tantas de nuestras escuelas.
Estamos convencidos de que con el nuevo marco jurídico del Sistema Educativo se inaugura una nueva etapa para la educación pública mexicana con miras al futuro. Un futuro, además, que no es lejano y que a todos habrá de pedirnos cuentas.
El SNTE seguirá participando en esta reforma con todos los medios a su alcance, ejerciendo sus derechos y asumiendo nuestras responsabilidades.
Tenemos el compromiso de lograr los mejores resultados para todos.
En el Sindicato tenemos conciencia de la necesidad de renovar este compromiso con la calidad de la educación y tenemos la determinación de desplegar un sindicalismo representativo, democrático y de servicios que contribuya tanto a mejorar las condiciones de vida del magisterio, como a ofrecer en esta coyuntura a todos los maestros alternativas o instrumentos para su actualización y superación profesional, independientemente, de las acciones que la autoridad educativa está obliga a poner en marcha como parte de la propia reforma.
Estos compromisos y objetivos son hoy nuestra razón de ser, pero además, son absolutamente coincidentes con nuestros principios fundacionales en 1943.
Señoras y señores:
El SNTE asiste a esta trascendente ceremonia de la Firma de Convenios de Coordinación como actor protagónico de la Reforma Educativa, con la plena defensa de nuestros derechos como maestras y maestros, como trabajadores comprometidos con el fortalecimiento de la escuela pública vamos a contribuir y a cuidar su adecuada implementación. Así lo hicimos en el pasado, con la implementación de los Libros de Texto Gratuito, y más adelante, en la Federalización de la educación.
Lo hemos hecho constante y permanentemente en la defensa de la educación pública y la afirmación de los principios filosóficos del Artículo 3 Constitucional. México está, hoy, construyendo su porvenir.
Después de muchos años de polarización y de ineficiencia de la democracia, el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto ha logrado generar las condiciones para avanzar en la transformación del país.
Sabemos que todo lo que hagamos a favor de la reforma tendrá un impacto definitivo en el futuro de México. Por ello, el Gobierno de la República, los Gobernadores de las entidades, el señor Jefe de Gobierno, y fundamentalmente el pueblo de México, puede contar con la unidad, la cohesión, la fortaleza y la vitalidad del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Muchas gracias por su atención.





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