martes, agosto 24, 2010

 

ELBA ESTHER GORDILLO MORALES


Muy buenos días, niños, niñas. Qué gusto estar con ustedes, con todos y cada uno de sus maestros, sus maestras, con el Director de esta escuela. Y creo que están muy contentos.
Hoy, en todo el país están muy atentos todos los niños, todos los papás, la sociedad en su conjunto, porque iniciamos clases. Vamos a un nuevo reto con gran alegría, con gran entusiasmo, maestros, padres de familia, con el compromiso más importante: educarnos todos para aprender, para vivir aprendiendo.
Y deben estar muy contentos porque está con nosotros alguien muy querido, muy respetado, muy reconocido, electo por todos los mexicanos Presidente de la República. Está con nosotros el Presidente Felipe Calderón Hinojosa. Qué gusto, qué gusto tenerlo en Guerrero.
Y qué alegría, porque su presencia nos da estímulo, entusiasmo, alegrías, por su compromiso por elevar la calidad de la educación. Porque se ha comprometido con gran cariño hacia ustedes, hacia el pueblo mexicano, a mejorar nuestras escuelas, a hacer todo el esfuerzo porque tengamos nuevas tecnologías, a buscar que tengamos dos idiomas para hablar, mínimamente, muy bien el español, verdad.
Vamos a hablar muy bien el español, vamos a hablar bien el inglés, vamos a manejar la computadora, vamos a ponernos muy contentos. Y un reto importante para todos nosotros: la próxima vez vamos a entonar el Himno Nacional, todos, con gran armonía, sobre todo en Guerrero, donde lleva el nombre de un gran héroe, un héroe de la Independencia, hoy que celebramos el Bicentenario, hoy que estamos de fiesta todos los mexicanos por nuestra Independencia y que vamos a celebrar la Revolución, nos complace mucho estar en Guerrero.
En Guerrero, que sobrepuso sus intereses personales y de sangre al interés de la Patria. Y en Guerrero le damos las gracias al ciudadano Gobernador, Zeferino Torreblanca Galindo, por estar con nosotros, y su hospitalidad. Muchas gracias, señor Gobernador.
A nuestro Secretario de Educación, al maestro Lujambio, que nos acompaña. Qué bueno.
Y gracias a todo el presídium, a nuestro Secretario de Educación, al dirigente de los maestros, a Emiliano; a mi compañero de lucha, el maestro Rafael Ochoa, Secretario General del Sindicato.
Yo todo lo que quisiera decir hoy aquí, señor Presidente, es que, valga hoy un alto para hacer un comentario que nos preocupa de fondo.
Los maestros queremos y estamos comprometidos, con la organización sindical, también, a elevar la calidad de la educación.
En múltiples ocasiones escuchamos cuestionamientos, descalificaciones, que no siempre son apegados a la verdad; mucho se ha avanzado, sobre todo en la cobertura y en elevar la calidad en ese tiempo, no como la sociedad quisiera, ni usted, ni nosotros aspiramos, pero hemos hecho bastante.
Pero los retos, hoy son mayores. La dinámica de la sociedad, la evolución, los cambios en general, la competitividad, los mercados. Todas las cuestiones nos obligan a mejorarlo. De ahí que hay un planteamiento sustantivo para el Sindicato Nacional.
Qué maestro para el Siglo XXI. Y ya vamos tarde, la primera década que se cumple. Qué escuelas normales. Qué formación de maestros requerimos. Será posible que sigan saliendo tantos y tantos normalistas y, a la hora de la verdad, no tengan empleo, o bien nos cuestionen porque no entienden bien lo que es un examen o una evaluación para poder acceder a una plaza, en los manejos de transparencia, que su Gobierno y la organización aceptaron, que se descalifique diciendo que no saben, cuando real y auténticamente a lo mejor nuestras Normales no están formando adecuadamente.
Le rogamos, le rogamos con atención, con respeto, que podamos revisar bien la formación de maestros. Su Programa de Actualización y Superación Profesional, constitucionalmente es un derecho que tenemos, es un deber del Estado.
Entonces, suplicarle, muy atentamente, a nombre de todos los maestros, que tomemos en cuenta su aspiración comprometida, responsable, de prepararse mejor, de ser mejores maestros cada día. También reconocer el esfuerzo de su Gobierno por mejorar la economía de los maestros.
Valga decirlo como anécdota o, más bien, para registrar la memoria histórica. Hace algunos años a Guerrero no podíamos venir a un evento como éste. No podíamos, porque había muchos compañeros, algunos con razón, otros teniendo la razón de la injusticia, de la marginalidad, aún a pesar de eso, siendo presas de sus propios rencores y enojos, se armó aquí una disidencia magisterial de grandes magnitudes.
Yo quiero decirle a los maestros y a las maestras, que gracias por confiar en las instituciones que nos ha dado esta Patria nuestra y la han forjado nuestros Héroes; que gracias que nos permitan llegar y venir, y decirles que juntos hagamos la tarea por educar mejor, que juntos luchemos por construir una mejor Patria, que juntos entendamos clara y cotidianamente, que para salir de la marginalidad, de la pobreza, para que no haya más distingos entre unos y otros, como dijera Morelos: que sólo distinga a un hombre de otro el vicio o la virtud.
Para poder contrarrestar todo eso sólo hay un camino: Educar; educar para la libertad, educar para la justicia, educar para la democracia, educar para la igualdad y educar teniendo un principio básico, que haremos respetar la educación laica. Lo que es del César es del César, y lo que es de Dios es de Dios.
Exigimos que nuestras escuelas sigan preservando ese principio: la rectoría del Estado en materia educativa. Que no es marginar a nadie, de ningún credo: cada quien puede creer lo que quiera, religiosa o políticamente. Tendremos que aprender a ser respetuosos de los credos, para eso nos educamos; pero en nuestra escuela, en la ciencia, el conocimiento, el civismo, el respetar a los mayores, el respetar los Símbolos Patrios, el respetar nuestras diferencias, el convivir.
Niños y niñas:
Van a encontrar una nueva etapa. Pónganle mucha alegría a su escuela. A lo mejor nos faltan algunos vidrios, a lo mejor en algunas de nuestras escuelas en Guerrero, todavía no llegan las computadoras.
Pero saben qué es lo más importante y rico de una escuela. Ustedes, ustedes, que tienen mucha esperanza sus padres, sus madres, tienen mucha esperanza sus maestros, que estamos juntos con sus papás, porque salgan adelante, y el Presidente también lo desea.
Sus maestros y sus papás les dicen: bienvenidos a su escuela. Yo, en mi calidad de Dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, nuestro compromiso es con ustedes, con los niños y los jóvenes, para que vayamos haciendo hincapié en aquellos temas que son medulares. Hoy tenemos temas como la obesidad, que obliga a revisar la educación física, que obliga a revisar la salud; que obliga, señor Presidente, a que muchas de las Secretarías coincidan en un tema: educación, salud, trabajo. Que nuestros muchachos, nuestros niños, nuestros adolescentes cuando salgan tengan una perspectiva de desarrollo.
Si bien es cierto que el empleo es bueno para subsistir materialmente, también es cierto que es muy importante para sentirse hombres plenos y realizados.
De ahí, jóvenes, niñas, niños, denle duro, con mucha alegría. Sonrían. Qué gusto que vuelvan a la escuela, a encontrar a sus amiguitos, a hacer nuevos amigos; y no lo olviden, no olviden: el compromiso es con ustedes mismos.
Si ustedes hacen, cada uno de ustedes, una mejor historia personal, la historia de nuestro país será mejor, y podremos combatir corrupción, negligencia, apatía; podremos vivir en mayor tolerancia.
Por eso, hoy, aquí, me complace plenamente venir a este inicio de clases. Decirle, señor Presidente, todo aquello que sea por elevar la calidad de la educación, y en beneficio de los niños y jóvenes y, como usted convoca, en beneficio de la Patria, tome en cuenta a los maestros de México.
Muchas gracias.





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