sábado, noviembre 15, 2008

 

TAIBO I

“Resignarse es perder antes de perder”.
Así es el filosófico humor, o el humor filosófico suministrado en aforismos por el Gato Culto, personaje creado por Paco Ignacio Taibo I.
Lo vi una sola vez, en Torreón, cuando vino a compartir una especie de mesa redonda sobre cine junto a Hernán Lara Zavala y, creo, Saltiel Alatriste.
Eso ocurrió hace poco más de veinte años en el Teatro Mayrán cuando todavía se llamaba Teatro Mayrán. Yo frisaba los veinte, era más tímido que ahora, así que ni de broma hice el intento por acercarme a las personalidades.
Pasados los años, las décadas más bien, trabé algún mínimo contacto con Paco Taibo II, a quien le presentamos en el Teatro Martínez un libro titulado Arcángeles y, en octubre de 2007, su biografía sobre Pancho Villa en el Teatro Nazas.
En esa ocasión pude platicar un poco con PIT II y le pregunté por su padre, dado que en El Universal me había enterado de que lo aquejaba una enfermedad. “Está luchando”, me dijo el autor de Ernesto Guevara, mejor conocido como el Che.
“Es difícil; ha sido duro para él, que es una persona muy activa; pero está luchando y quiere seguir”, cerró Taibo II.
Un mes después de aquel encuentro en Torreón, vi a Paco en la FIL de Guadalajara.
Mientras garabateaba dedicatorias sin freno en varios de sus libros, me dijo que conversáramos un poco. Volví a preguntarle sobre su padre, y su respuesta fue la misma:
“Está luchando”.
Pasado un año, me entero de la mala nueva y no se me ocurre sino dar un pésame distante y anónimo a la familia Taibo, y a mi lector una “Esquina baja” de PIT I, la del 14 de marzo de 2003, titulada “Nacimiento del Gato Culto”, que obviamente se refiere al origen de su célebre y sentenciosa mascota:
“Cada vez que encuentro, por vez primera, a una persona amable se produce una interrogación que no me afecta a mí directamente, sino que busca encontrarse con el primer maullido de un gato que presume de culto aunque bien él sabe que no lo es.
¿Cuántos años tiene el Gato Culto? Me pregunta la señora que me ve por vez primera. Y yo estoy a punto de responderle que la cultura del Gato Culto es una cultura tomada prestada de la sabiduría de todos los pueblos.
En ocasiones el Gato Culto acude a un refrán persa y en otras se vale de una vieja frase que ya decía Confucio a su nieto más pequeño.
Esto quiere decir que el Gato Culto es usurpador de conocimientos tan antiguos como la propia vida del hombre.
O para ser más exacto, de la propia vida de todos los hombres.
Ayer una dama, socarrona y amable, quiso saber si el Gato Culto atesora lo que se llama “conocimientos de la humanidad”.
Le dije que no atesora nada y que incluso duda que la humanidad maneje conocimientos que merezcan ser atesorados.
El Gato Culto es partidario de la paz a pesar de que no hay paz que dure más allá de un insulto.
En ocasiones cuando yo aprovecho una frase, aparentemente brillante, para que la diga mi Gato Culto descubro que la tal frase es tan vieja que ya la sabían los pueblos de la tierra antes de que el primer gato diera su primer maullido.
Otra pregunta que se me hace interesante es ¿quién dibujo por vez primera al Gato Culto? Y la respuesta no puede ser más sencilla.
El primer dibujante del Gato Culto fue un periodista que no sabia dibujar.
Esta respuesta pienso que merece ser del señor Picasso que sabía muy bien que para dibujar un gato hace falta, únicamente, no saber dibujar un gato.
En total puede que en estas páginas haya aparecido 5 mil 500 Gatos Cultos sin que nunca se hayan repetido sus contundentes afirmaciones.
Esto significa que poniendo a un gato tras otro ya hubieran podido, sin morderse la cola, dar la vuelta al mundo.
Algo más quisiera añadir: no estoy orgulloso de la sabiduría del Gato Culto y espero, confiado, que el Gato Culto tampoco esté orgulloso de su propia sabiduría que se reduce a recordar lo que mis abuelos ya olvidaron”.





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