sábado, febrero 16, 2008

 

GÒMEZ PALACIO EN LA MIRA

Mario Gàlvez Narro
Por razones personales, según la versión oficial, renunciaron a sus cargos el ahora exsecretario del Ayuntamiento de Gómez Palacio, Raúl Muñoz de León, y el extitular de Protección y Vialidad, mayor Roberto Orduña Cruz. Se trata de dos cargos de importancia estratégica en el funcionamiento del Ayuntamiento. Con estos cambios suman ya seis los que se han realizado en lo que va de la administración de Ricardo Rebollo Mendoza, pues anteriormente se produjeron cambios en los Departamentos de Alcoholes, Desarrollo Urbano, Desarrollo Económico y el Instituto Municipal de la Vivienda. Los nuevos titulares son dos ilustres desconocidos: Jorge Paul Ramírez Rivas y Antonio Horacio Ramírez Morales.El primero se hará cargo de la Secretaría del Ayuntamiento y quien se había desempeñado como Oficial Mayor del mismo, en tanto que el segundo, de origen militar como Orduña, tendrá bajo su mando a la Policía Preventiva y era hasta la víspera director de Protección Ciudadana. El alcalde prefirió pues darle oportunidad a funcionarios que ya estaban trabajando en la administración, en vez de designar a personas ajenas al municipio, lo que permitirá reducir tiempos de aprendizaje de los nuevos titulares. Para el tiempo que lleva la nueva administración no son pocos los cambios que se han producido, y sobre todo de primer nivel. Sólo faltaría que hubiera una nueva designación en la Tesorería para que en menos de un año se renovaran los cargos de primer nivel del municipio. En una coyuntura de inseguridad tan grave como la que se tiene en la región, no hay duda que el relevo en la Preventiva es el cambio más importante. Orduña Cruz ya había pasado la prueba del ácido al mantenerse en su puesto después del paro y plantón de los uniformados. El repentino cambio en la corporación pudiera generar una situación de inestabilidad interna, de la que sin duda buscarían aprovecharse los promotores del pasado paro policiaco, que el alcalde Rebollo Mendoza atribuyó en su momento a dos regidores y otros tantos periodistas. De hecho, el cambio de Orduña Cruz puede entenderse como una concesión pactada en su momento por Rebollo con los insubordinados, pero que se hizo efectiva sólo hasta ahora. Habría que recordar que la condición que exigieron los policías insubordinados para reanudar sus actividades en el municipio fue que el mayor Orduña Cruz fuera un cero a la izquierda y que Ramírez Morales fuera el interlocutor del ayuntamiento.En estas circunstancias puede decirse entonces que los policías paristas fueron los que impusieron a éste como el nuevo titular de la corporación, lo que evidentemente constituye un antecedente de extrema gravedad pues deja en manos de policías insubordinados el verdadero control de la Preventiva en el municipio.Rebollo Mendoza nunca dio a conocer los nombres de quienes, según dijo en un desplegado dirigido a la opinión pública, pretendían causar graves problemas a su administración en una área tan delicada como la seguridad pública. No obstante, a la luz de los cambios que se han dado en el gobierno puede considerarse que esos oscuros fulanos -dos de ellos incluso miembros del Cabildo- salieron fortalecidos. El que Rebollo Mendoza no los haya desenmascarado públicamente fue una muestra de debilidad política de su parte, de la que ahora ellos se están aprovechando. Nada bueno promete para la ciudadanía -ni para el gobierno municipal- esa anómala situación en el mismísimo Cabildo, que se supone es la instancia máxima de decisión en el municipio. Por lo demás, la situación de debilidad del alcalde se acrecienta por el hecho de que su hermana, Rocío Rebollo, dejó la Subsecretaría de Gobierno en la Comarca Lagunera de Durango por un prurito de parentesco que, a final de cuentas, sólo preocupaba a sus enemigos. Ni modo. Y conste: las consecuencias más graves de estos lamentables yerros están aún por presentarse en el municipio.





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