miércoles, diciembre 05, 2007

 

EN TORNO A UN BALÓN

Gerardo Hernández G.
Para mis hijos Gerardo y Ernesto, santistas a las duras y a las madurasSantos estuvo a un gol de convencer a muchos escépticos, entre los cuales me incluyo, de que es equipo grande. Claro, en la medida de un fútbol mediocre como el mexicano cerrado tanto tiempo al mundo, en consonancia con el aislamiento comercial, financiero y político que explica, además de una serie de traumas, el atraso del país en esos ámbitos y en el deportivo. En el juego del domingo contra Pumas era imposible que la afición hiciera lo que la oncena lagunera no pudo en Ciudad Universitaria: confirmar su calidad de súper líder, dar ese paso que separa a los campeones de los fracasados. Si anotar tres goles parecía una hazaña, Santos le clavó cuatro a Bernal. El problema fue que dos más cruzaron la línea resguardada por un Becerra titubeante y una defensa deshilvanada. Así se escribió la historia. Una historia marcada por la emoción, sí; por la garra, sí, pero también por errores garrafales de jugadores que cobran fortunas.Si tan sólo rindiesen una mínima parte del tamaño de su vanidad inflada, más a la altura estarían de un público que no claudica ni aun en los escenarios más catastrofistas. Las pifias arbitrales serán siempre un imponderable que jugará a favor o en contra de un mismo equipo, incluso en un mismo partido.En el resultado global, la experiencia de Ricardo Ferretti se impuso a la inmadurez de un Daniel Guzmán que destilaba angustia.El técnico santista es un párvulo frente al brasileño, pero aun así le puso contra la pared. Pese a la derrota, la afición se despidió eufórica. Los Guerreros cayeron de cara al sol y esa actitud tornó la decepción en esperanza, en fiesta y en uno que otro acto vandálico.Con estadio en perspectiva, equipo en proceso de consolidación y un público leal —muy superior, por cierto, a jugadores y directivos—, el Grupo Modelo, que con renovados bríos volvió al negocio futbolero, está obligado a darle continuidad al Santos, a invertir más en mejores jugadores. Cierto, las nóminas abultadas y la "estrellitis" no aseguran títulos, como lo demuestran América, Cruz Azul y Tigres, pero una banca decente siempre sacará de apuros al cuerpo técnico y será un motivo menos de preocupación para los seguidores de cualquier club. Pachuca es una institución exitosa por su organización, profesionalismo y compromiso con la sociedad, el deporte y la juventud.Sin aspavientos, escándalos ni traiciones, como ocurrió aquí con la venta a hurtadillas del Santos a Carlos Ahumada, el equipo hidalguense acumula ya cinco campeonatos, dos en Concacaf y uno en la Copa Sudamericana. El 2 de diciembre me sorprendió gratamente el Santos, excepto por sus recaídas en el juego ratonero que Manuel Seyde criticaba de la Selección, pero más el fervor de la afición que, a falta de líderes políticos, los busca en torno a un balón.





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