viernes, junio 22, 2007

 

ENTREGA DE CONCLUSIONES DEL IV CONGRESO DE EDUCACIÓN Y II ENCUENTRO DE PADRES DE FAMILIA

Discurso del C. Presidente Lic. Felipe Calderón
En primer lugar muy buenas tardes a todas y a todos ustedes, bienvenidas, bienvenidos a esta que es la casa de todos los mexicanos.
Estimada maestra Elba Esther Gordillo Morales, muy bienvenida, Presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Estimado profesor Humberto Moreira Valdés, Gobernador del Estado de Coahuila, bienvenido también gobernador, nos da mucho gusto su presencia, sabemos de su compromiso con la educación y desde luego su militancia, incluso, activa en este Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Estimado profesor Rafael Ochoa Guzmán, Secretario General Ejecutivo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, muy bienvenido.
Amigas y amigos del presídium, señoras y señores dirigentes, maestras, maestros, amigos todos:
Me da mucho gusto recibirlos una vez más en esta casa que es también la casa de todos ustedes y de todos los mexicanos.
Yo quiero pedirles que transmitan a los trabajadores de la educación mi admiración y mi respeto personal por su diaria labor en beneficio del futuro de México.
Todos los días, clase tras clase, nuestros maestros forman a las niñas, a los niños, a los jóvenes de México en los conocimientos necesarios y en los valores de la democracia, la tolerancia y la solidaridad.
Con su enseñanza no sólo contribuyen a hacer de ellos ciudadanos de bien en un mundo cada vez más competitivo, sino también siembran un profundo amor por México, por nuestra historia y por nuestra cultura.
Todos los mexicanos reconocemos la valiosa aportación de sus maestros.
He dicho y reitero, amigas y amigos, que la educación es uno de los ejes fundamentales del desarrollo de México.
Y en un país democrático, las políticas educativas deben ser diseñadas con la participación de todos los sectores de la población, entre los que destacan, desde luego, quienes son sus líderes sociales naturales, como son los maestros.
Deben diseñarse con la participación de padres de familia y organizaciones de la sociedad civil, de las comunidades escolares, académicas y universitarias.
En ello radica, desde luego, la importancia de las propuestas y conclusiones que surgieron del Cuarto Congreso Nacional de Educación y del Segundo Encuentro de Padres de Familia y Maestros, los cuales estudiaremos detenidamente. Que recibo, además, con muchísimo gusto y desde luego impresionado gratamente por la manera, no sólo en que ha sido presentado, sino de manera muy original además, sino también por el orden y la sistematización que ha podido permear a lo largo de todas estas conclusiones.
Un comentario porque creo que tenemos enormes coincidencias.
Desde luego, esta idea de programas dirigidos a los niños marginados me parece una idea magnífica; cómo poder hacer verdaderamente una comunidad educativa y no sólo una escuela que pueda además darle un entorno mejor a las niñas y a los niños de México.
Cómo hacer que quienes no van a la escuela o abandonan pronto la misma por problemas de nutrición, de ambiente familiar, comunitario puedan encontrar de manera subsidiaria en la escuela el espacio vital para poder formarse como seres humanos.
Creo que tenemos que estudiar todas las alternativas, de hecho hemos iniciado con apoyo del SNTE un programa exploratorio, un programa experimental de escuelas de tiempo completo y que de sus resultados dependerá muchísimo lo que podamos avanzar en la materia.
La vinculación, desde luego, de padres, de maestros, de comunidad, de autoridades para lograr el tema de escuelas seguras me parece un tema fundamental.
De hecho, en este compromiso que el Gobierno Federal ha impulsado por rescatar la seguridad de las mexicanas y los mexicanos estamos promoviendo un esfuerzo integral.
No se trata únicamente de impulsar la actuación de las policías o de la fuerza pública para recuperar la autoridad del Estado que nunca debió haberse perdido.
No se trata únicamente de fortalecer los procesos persecutorios y de investigación del Estado que debemos hacerlo desde luego.
Necesitamos una política integral que debe encontrar en todos los sectores de la sociedad, en los espacios de las comunidades, en los espacios seguros, en el tratamiento de las adicciones y por supuesto en la educación de los jóvenes una respuesta integral a un problema que también es integral.
Y, desde luego, dentro del programa que presentaré en los próximos días está de esta estrategia integral está lo que ya hemos avanzado afortunadamente de la mano con los maestros que es el Programa de Escuela Segura con miras a tener comunidades verdaderamente seguras.
He tomado, desde luego, nota de las muchas propuestas que ustedes han planteado en términos de facilidades para el aprendizaje, la necesaria revisión de la curricula educativa para adaptar las nuevas tecnologías y por supuesto de las características que debe contener un sistema educativo que requiere una reforma que adapte a México a los retos y desafíos del Siglo XXI.
La flexibilidad, el poder tener, precisamente, la apertura necesaria para poder adaptarse a las circunstancias regionales, a las circunstancias al país, a las circunstancias propias del alumno o de su entorno.
La conveniencia de regular, de estandarizar, de darle precisamente garantías a los mexicanos acerca del servicio educativo que estamos proporcionando, ya sea a través de la normatividad oficial que ustedes propone, o de los mecanismos que en términos de ley y en términos de la vida orgánica del país resulten los más convenientes.
Comparto, desde luego, el propósito, el anhelo, el deseo de poder aumentar de manera claramente orientada a mejorar la calidad y las oportunidades de vida de la gente, lo que se entiende en términos de educación obligatoria.
Aquí, desde luego, compartiendo el propósito, sí es muy importante estar atentos a las propias restricciones presupuestales que desgraciadamente tiene el propio Gobierno.
Sí, necesitamos cumplir con los retos que ya tenemos, lo que hoy nos manda y ordena la ley y, desde luego, nunca ceder y nunca cerrar la alternativa para ir siempre por más.
Pero estando plenamente conscientes de que requerimos un esfuerzo monumental, diría yo, no sólo de los maestros o del Gobierno, sino de todos los mexicanos para poder ampliar cada día más espacios para lograr, precisamente, el que avancemos en las oportunidades educativas para los mexicanos.
Lo mencionaré un poco más adelante, pero lo anticipo, estamos, por supuesto, obligados a cumplir con una serie de parámetros en términos de gasto público, en términos de cobertura educativa.
Que sólo podrá hacerse, amigas y amigos, eso es la verdad.Si logramos que haya mayores recursos públicos, precisamente, para enfrentar ese problema.
Este es, entre otras cosas, el propósito de la reforma hacendaria para los que menos tienen que he presentado al Congreso de la Unión esta misma semana y que busca, precisamente, contar con los recursos suficientes para romper el círculo de la pobreza y romperlo precisamente a partir de los instrumentos de inversión en valor humano como es fundamentalmente la inversión en educación de manera tal que como bien se decía en este IV Congreso Nacional de Educación y II Encuentro Nacional de Padres de Familia y Maestros: “La educación es el camino”.
Y estoy convencido que lo lograremos si todos los mexicanos estamos plenamente conscientes del reto que el país tiene en materia social y que ese reto puede alcanzarse precisamente a través de mayor inversión en la educación.
Y desde luego he tomado debida nota de sus propuestas que tienen que ver, por supuesto, con las mejoras en la propia carrera magisterial, en la necesidad por supuesto de impulsar fuertemente el ingreso del maestro, de poder tener un avance en su propia homologación frente a estándares de otras partes del mundo y dentro aquí mismo de México.
Y me alegra enormemente el poder, me alegra enormemente el que estemos avanzando y lo verán, dando pasos significativos a ese respecto y también ver en las conclusiones de este Congreso el que se asocie, precisamente, ese avance indispensable en el ingreso con el desempeño del maestro y la calidad educativa. México tiene que unir esas variables.
No es cierto, es falsa la idea de que mientras no haya calidad educativa no puede haber ingreso digno para el maestro, como también es cierto que mientras no haya ingreso no hay nada que hacer en materia de calidad educativa.
Creo que tenemos que cerrar esas dos brechas al mismo tiempo, tenemos que juntar ese propósito de sumar corresponsablemente el esfuerzo por mejorar el ingreso salarial de la maestra y del maestro como también el esfuerzo que necesita México por mejorar la calidad educativa.
Comparto plenamente el objetivo de tener indicadores, parámetros, objetivos que nos permitan, precisamente, medir nuestro esfuerzo a la vez de contar con políticas públicas que nos permitan invertir en capital humano, que nos permitan ahora invertir también en educación física, en tener mexicanos formados integralmente, el enfrentar desde la vía preventiva que es la más importante, las enfermedades del siglo nuevo, ya no son las enfermedades que aprendimos o que sufrimos o que vivimos de pequeños, ya no son ni la viruela, ni el sarampión, ni la poliomielitis lo que enfrenta a México.
Hoy son problemas mucho más graves, mucho más costosos y de más difícil tratamiento, hoy es la obesidad, hoy son los problemas cardiovasculares, hoy es la diabetes, problemas que se podían combatir, evitar y prevenir precisamente con una educación física de calidad que incluso le ahorraría enormes recursos al pueblo de México porque siempre, aunque curar es bueno, prevenir es siempre mucho, mucho mejor.
Así que todo lo que invirtamos en educación física será una inversión útil para el país y que redundará en mayor salud para el pueblo de México.
En el tema de Federalismo educativo también coincidimos, he puesto a la consideración del Congreso de la Unión, precisamente, una reformulación en lo que son precisamente las participaciones y las aportaciones de carácter federal.
Queremos que se valoren parámetros nuevos que tienen que ver más directamente con el reto que los señores gobernadores enfrentan sobre todo en materia educativa y que esa adición de nuevos factores de análisis no repercuta en una merma de lo que ahora reciben las entidades federativas, al contrario que los estados de la República puedan tener mayores recursos para hacer frente a estas responsabilidades compartidas.
También, que coincido con ustedes en la necesaria dignificación de las escuelas y refrendo mi compromiso por hacer, aún antes de la reforma hacendaria, una inversión masiva en infraestructura educativa básica que reclama, desde luego, el país, y que podremos ampliar definitivamente si contamos con esos recursos que estamos pidiendo y poniendo a la consideración del pueblo de México, a través de su autoridad representativa, que es el Congreso de la Unión.
Estamos también compartiendo la idea y proponiendo en esta reforma, la posibilidad de estipular presupuestos multianuales.
No podemos hacer que dependa de la fatalidad del fin de un ciclo fiscal los proyectos de infraestructura, de otros que tiene el país, y se requiere una planeación de muy largo plazo.
Yo por eso agradezco enormemente tanto a la maestra Elba Esther Gordillo, al profesor Ochoa, a todos los dirigentes y militantes y miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la muy valiosa participación que han tenido en la elaboración, primero, del Proyecto de Gran Visión México 2030 y luego del Plan Nacional de Desarrollo.
Estamos poniéndonos metas ambiciosas para México, sí, somos ambiciosos respecto del futuro que queremos para el país.
Y a la par, estamos conscientes de que es ahora, precisamente, cuando debemos transformar la realidad nacional; estamos, como se dice, no sólo en una época de cambios, estamos verdaderamente en un cambio de época, un cambio de época que está poniendo a todas las naciones en el predicamento de decidir no si permanecen igual, que ya tenemos tantos problemas las naciones en desarrollo, sino incluso en el riesgo de atrasar aún más los niveles de vida de nuestra gente o verdaderamente lanzarnos con todo a construir un país moderno, fuerte, más justo, más igualitario, más digno, más democrático, más libre, que estoy seguro comparto con todos ustedes y con todas las maestras y los maestros de México en el propósito.
También recibo con mucho gusto las propuestas de acuerdo que han formulado el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, me parece muy bien que articulemos de alguna manera cómo ver y cómo velar por estos principios de normatividad, de modificación de carrera magisterial, de financiamiento educativo, de evaluación, de federalización, de calidad educativa que ya hemos mencionado, en fin, de la infraestructura que se requiere para mejorar las escuelas.
También participo del propósito de que tengamos estándares objetivos y regulados que nos permitan dar una base común y firme de la educación que queremos y sea a través del mecanismo de normalización que ustedes proponen y metrología sea a través de otro mecanismo, el hecho es que debemos tener estándares comunes que nos digan perfectamente dónde estamos y a dónde queremos llegar en materia educativa.
De manera tal que de inmediato yo estaré trabajando para revisar detenidamente en estos documentos valiosísimos que me han dejado hoy aquí, a eso desde luego dedicaré las próximas semanas y meses, mientras los maestros además, una vez que terminen sus cursos y ojalá se puedan tomar un merecidísimo descanso ya en los meses que vienen, estaremos en esta casa trabajando intensamente para analizar todas sus conclusiones.
Amigas y amigos; maestras, maestros:
En un mundo globalizado, en plena era del conocimiento, repito que sólo saldrán adelante, sólo triunfarán las naciones cuyos ciudadanos estén más y mejor preparados.
Por eso es impostergable fortalecer la educación de calidad y la capacitación de todos los mexicanos a través de los instrumentos con los cuales cuenta el Estado nacional.
Como ustedes han dicho en este Congreso, lo he dicho y lo repito, la educación es el camino, por ello necesitamos avanzar por lo menos en las cuatro estrategias establecidas en el Plan Nacional de Desarrollo, además de las que, desde luego, se agregarán como resultado de esta muy valiosa propuesta de las maestras y los maestros de México.
Primero. Tenemos que reforzar la capacitación y la formación de profesores para que cuenten con modelos, con técnicas de vanguardia que les permitan transmitir de manera más efectiva los conocimientos de sus alumnos.
En los maestros recae la responsabilidad de formar a los ciudadanos que serán los protagonistas del México ganador.
Sé que el país cuenta con el compromiso de sus maestras y maestros para incorporarse a procesos de capacitación que contribuyan a elevar la calidad educativa y que cuento también con ustedes para trabajar en el diseño de un nuevo esquema de carrera magisterial que estimule el mérito y el ingreso, precisamente en función de la aportación, del esfuerzo, de la capacidad de cada maestro.
Segundo. Impulsar nuevos mecanismos de evaluación del desempeño, tanto de los alumnos como de los maestros y del Gobierno mismo; sólo con diagnósticos precisos podremos garantizar una educación de calidad.
El mejoramiento de la educación nos exige a todos, precisamente, la rendición de cuentas a los ciudadanos, la evaluación de nuestro desempeño y de nuestros procesos.
Hoy más que nunca ustedes cuentan con el compromiso del Gobierno para esforzarse y ser cada día mejor en la tarea que tienen que hacer en la labor educativa y sé y agradezco que cuento con el compromiso y la colaboración del magisterio para que conozcamos mediante la evaluación la verdadera situación que atraviesa el país en materia educativa.
Tercero. Tenemos que actualizar los programas de estudio, sus contenidos, sus materiales, sus métodos, fomentar en los alumnos el desarrollo de valores, de habilidades, de competencias, a fin de mejorar su preparación para la vida y para el mundo del trabajo.
Me llama poderosamente la atención y reconozco una aportación valiosísima que fue vislumbrada aquí, para poder aportarles a los alumnos una herramienta que es básica en un mundo global: el conocimiento, no sólo un buen conocimiento de la lengua propia, sino también un conocimiento de una lengua distinta a la nuestra, que nos permita verdaderamente competir y competir con éxito en un mundo que nos compite.
Mientras nosotros no entendamos lo que otros dicen de nosotros, vamos a estar en desventaja.
Mientras nosotros seamos capaces de asimilar y entender lo que en el mundo se dice, se discute, se compite, se propone, vamos a tener una ventaja que los muchachos mexicanos necesitan.
Me alegra también el que en esta época del conocimiento y de la información se hermane no sólo la formación educativa, sino también el acceso al instrumental precisamente que se necesita en esta época de información, que es el acceso a los sistemas y a la tecnología de cómputo.
Hay un nuevo analfabetismo en curso, ya no es sólo saber leer y escribir, sino también saber tener acceso a la nueva era de la información.
Tenemos que abrir esa puerta y tenemos que abrirla masivamente, para que precisamente el conocimiento tecnológico y computacional no sea un asunto de privilegiados ni de minorías, sino que sea un asunto de todas y todos en México, un asunto que no discrimine a quienes no tienen capacidad de acceso.
Por eso tenemos que ir juntos nuevamente maestros y Gobierno en esa tarea.
Cuarto. Fortalecer el Federalismo educativo, como ya lo he mencionado, con el fin de asegurar la viabilidad operativa del sistema educativo nacional a largo plazo en todas las entidades federativas, corregir las terribles desigualdades y equilibrar mucho mejor las cargas que tienen los gobiernos estatales en materia educativa.
Necesitamos, entre todos y cuando digo todos no sólo es maestros y Poder Ejecutivo, sino diría yo, Poderes, Gobiernos y sociedad y autoridades, necesitamos fortalecer el financiamiento de manera responsable para una educación de calidad.
Sé que lograremos la transformación educativa que México demanda porque contamos con docentes comprometidos con el desarrollo del país.
Sé que lo haremos porque el magisterio nacional es un magisterio de vocación, es un magisterio que se expresa en su ejercicio como una práctica concreta y eficaz de amor a México, de amor a la Patria.
Sé que lo haremos, que haremos de la educación una palanca del desarrollo para un México distinto y mejor.
Por otra parte, compartimos una prioridad en el ramo educativo que consiste en mejorar las condiciones laborales de las maestras y los maestros de México.
En la reciente revisión salarial con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación a través del diálogo logramos acuerdos que dieron puntual respuesta a las principales y legítimas demandas del magisterio.
Falta mucho por hacer y espero que en los próximos días estemos ya dando cumplimiento donde se siente y donde se sabe a las demandas de los maestros, al poder precisamente actualizar en sus pagos lo que está, desde luego, comprometido.
Me alegra mucho que estemos dando un paso tan importante.
Sé que aún falta mucho por hacer, decía, y por eso seguiremos trabajando con ustedes, con honestidad, con transparencia, diciendo lo que se puede y lo que no se puede, por eso he instruido a la Secretaria Vázquez Mota para que mantenga y redoble una estrecha comunicación con todos ustedes.
Todos debemos reconocer, amigas y amigos, que a pesar de los esfuerzos que estamos realizando, el Estado mexicano requiere incrementar los ingresos públicos para poder atender mínimamente las demandas más apremiantes de quienes menos tienen.
Necesitamos pagar la histórica deuda social que tenemos con los más pobres.
Necesitamos saldar esa deuda y saldarla significa abatir la pobreza, reducir la desigualdad y dotar de un acceso básico a la salud, a la educación, a la infraestructura de servicios a quienes han quedado por décadas o por siglos excluidos del desarrollo.
Y no podremos verdaderamente reducir la pobreza substancialmente si no aumentamos también substancialmente la capacidad financiera del Estado para hacerlo.
No podremos mejorar la cobertura educativa ni la calidad educativa substancialmente si no ampliamos la capacidad de financiar la educación que necesita el país.
Es un esfuerzo que nos obliga a todos los mexicanos y a cada uno en función de la capacidad económica que tiene. Por ello, el pasado miércoles presenté al Congreso de la Unión una propuesta de Reforma Hacendaria por los que menos tienen para que construyamos un México más justo.
La educación que demanda el país requiere que sepamos ponernos de acuerdo para concretar una reforma que permita destinar más recursos a ésta y otras tareas que son estratégicas para el desarrollo de la Nación.
Todos ustedes saben mejor que nadie la problemática que México enfrenta en materia educativa.
Que nuestro país no podrá avanzar mientras el promedio educativo sea de secundaria, que es preciso realizar un esfuerzo que nos permita ampliar la cobertura y disminuir la deserción en todos los niveles educativos.
Debemos aspirar, estamos obligados a lograr que las nuevas generaciones tengan oportunidades y espacio en los bachilleratos y en la universidad o la carrera tecnológica.
Hoy, hay que decirlo, tres de cada cuatro jóvenes en edad de estudiar estudios superiores no tienen espacio, no hay espacio para ellos, eso es inadmisible en un país que aspira, verdaderamente a ser un país justo; sólo uno de cada cuatro pueden acceder, tan sólo en términos de cobertura a espacios universitarios.
Por eso digo que pagar la deuda social también significa abrir al menos 600 mil nuevas plazas de estudio en centros de educación superior o tecnológicos durante mi Administración.
Para que México sea el país ganador que todos queremos necesitamos también contar con mejores escuelas, bien construidas, bien equipadas, con mejores maestros y maestras más preparados, con los materiales educativos y tecnológicos que se necesitan para estar a la altura de las exigencias del Siglo XXI, esto implica más recursos públicos, más recursos a la educación, más recursos a la infraestructura social, invertir más en la gente.
La reforma hacendaria por eso se propone:
Primero. Promover que el gasto público se ejerza de manera más transparente y más eficaz.
Segundo. Fortalecer el federalismo para que estados y municipios cuenten con recursos para hacer frente a sus responsabilidades.
Tercero. Combatir los privilegios, la evasión y la elusión fiscal.
Y cuarto. Aumentar la recaudación.
Esta reforma nos permitiría que hacia el 2012, estemos generando en los tres órdenes de Gobierno recursos adicionales, equivalentes a tres puntos del Producto Interno Bruto, es decir, casi 30 por ciento más de los ingresos tributarios que recaudamos en la actualidad.
La superación de la pobreza, de la ignorancia, de la desigualdad, son desafíos que ya no admiten demora.
Por eso, la transformación en la manera en que generamos los recursos públicos, es un objetivo que exige el compromiso y el apoyo de todos los mexicanos.
Queridas maestras, queridos maestros:
Cuando en 1971 recibió la Presea Belisario Domínguez nuestro gran educador y escritor Jaime Torres Bodet, dijo que desde entonces ya, que “el porvenir de las nuevas generaciones es y será responsabilidad de la comunidad entera”.
Hoy más que nunca, superar los atrasos acumulados por décadas y abrir puertas de la educación, la salud y del trabajo a las nuevas generaciones, es un desafío que nos convoca a todos sin distingos de partido, de región o de religión.
Sé que este objetivo lo comparte el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, un sindicato comprometido con las mejores causas del país.
México cuenta con ustedes y ustedes cuentan también con este Gobierno.
Muchas gracias.





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