jueves, octubre 05, 2017
ENSEÑAR EN LIBERTAD, EMPODERA A LOS DOCENTES
Enseñar en libertad, empodera a los docentes
5 de octubre de 2017
La función de los docentes es fundamental para asentar la fortaleza de toda sociedad, puesto que brindan a los niños, jóvenes y adultos los conocimientos y las competencias que necesitan para hacer realidad su potencial.
Sin embargo, en todo el mundo, demasiados docentes no disponen de la libertad y la autonomía que necesitan para ejercer esta profesión de vital importancia. Por eso, con el tema del Día Mundial de los Docentes de este año –“Enseñar con autonomía empodera a los docentes”– se reafirma la importancia de empoderar a los docentes y se reconocen las dificultades que se plantean diariamente para la libertad de los docentes en todo el mundo.
Este año, además, se cumple el vigésimo aniversario de la Recomendación de la UNESCO relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior de 1997. La Recomendación de 1997 complementa la Recomendación de la UNESCO y la COI relativa a la Situación del Personal Docente de 1966. Estos dos instrumentos constituyen los marcos de referencia principales sobre los derechos y las responsabilidades de los docentes y los educadores. En ambos se recalca la importancia de la autonomía de los docentes y la libertad académica.
Que los docentes estén empoderados no quiere decir solamente que tengan acceso a una formación de calidad y a unas oportunidades de desarrollo profesional continuo, aunque ello sea de por sí muy importante. El empoderamiento de los docentes implica también que cuenten con la autonomía profesional necesaria para
tomar decisiones en relación con la elaboración y la organización de los planes de estudios, así como la libertad para escoger los métodos y enfoques más apropiados para una educación más eficaz, inclusiva y equitativa. Y significa también que tengan la capacidad de enseñar en condiciones de seguridad física y personal en momentos de cambio político, inestabilidad y conflicto.
Sin embargo, en muchos países, la libertad académica y la autonomía de los docentes se encuentran bajo presión. Por ejemplo, en los sistemas de enseñanza primaria y secundaria de ciertos países existen unos estrictos programas de evaluación que han supuesto una presión enorme para que las escuelas obtengan resultados en una serie de pruebas normalizadas, obviando la necesidad de contar con un plan de estudios más global que dé respuesta a las necesidades diversas del alumnado. Los docentes se ven cada vez más sometidos a la presión de “enseñar para superar las pruebas", en lugar de aplicar su autonomía para desarrollar las aptitudes holísticas del educando.
La libertad académica es fundamental para los docentes en todos los niveles educativos, pero es especialmente fundamental para los profesores de enseñanza superior, ya que fomenta su capacidad para innovar, explorar y mantenerse al día de la evolución de la investigación. En el nivel terciario, los contratos de los docentes son a menudo de carácter temporal o coyuntural. Esto, a su vez, puede generar una mayor inseguridad laboral, limitar las perspectivas de carrera, aumentar la carga de trabajo y reducir los salarios, factores todos ellos que pueden restringir la libertad académica y menoscabar la calidad de la enseñanza que pueden impartir los docentes.
En todos los niveles educativos, las presiones políticas y los intereses comerciales pueden restringir la capacidad de los educadores de enseñar en libertad. Los docentes que viven y trabajan en países y comunidades afectados por conflictos e inestabilidad suelen afrontar mayores problemas, en particular el aumento de la intolerancia, la discriminación y las limitaciones que de ello se derivan para la investigación y la docencia.
En un momento en que el mundo trata colectivamente de lograr los propósitos establecidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en particular el ODS 4, que plantea un mundo en que cada niño, cada joven y cada adulto tengan acceso a una educación de calidad y a oportunidades de aprendizaje permanente, debemos
esforzarnos más para proteger y preservar la capacidad de todos los docentes para enseñar en libertad, así como para brindar a todos los docentes los recursos y el apoyo que necesitan para ejercer su indispensable profesión.
En este Día Mundial de los Docentes, hacemos un llamamiento a los gobiernos y a otros asociados de todo el sector de la educación para que se comprometan a hacer todo lo que les corresponda para lograr que los profesionales de la educación estén suficientemente capacitados, valorados y empoderados: ese es el camino más seguro para brindar una educación de calidad a cada niña, niño, mujer y hombre.
Ello supone garantizar unas condiciones de trabajo dignas y unos salarios justos a todos los docentes, incluidos los del nivel terciario; proporcionar a los docentes formación y desarrollo profesional; aumentar el número de docentes de calidad, especialmente en los países donde hay un gran número de docentes sin capacitación; eliminar las restricciones innecesarias para la investigación y la docencia y defender la libertad académica en todos los niveles educativos; y demostrar de una vez por todas que la condición de que gozan los docentes en la sociedad debe ser acorde con la influencia que tienen en la fortaleza de la sociedad y el progreso de la humanidad.
En este Día Mundial de los Docentes, alentamos a colaborar en nuestro esfuerzo por empoderar a los docentes para que puedan enseñar en libertad, de modo que cada niño y cada adulto tengan la libertad de aprender, en favor de un mundo mejor.
Irina Bokova
Directora General de la UNESCO
Guy Ryder
Director General de la OIT
Anthony Lake
Director Ejecutivo del UNICEF
Achim Steiner
Administrador del PNUD
Fred van Leeuwen
Secretario de General de la Internacional de la Educación