domingo, octubre 02, 2011
EL MÁS GRANDE DE LOS GUERREROS
FOTO: Oscar Wong Soto
Iván Estrada se alzó como el gran héroe, ya que sin sus intervenciones, Santos Laguna no podría haber gritado su victoria de 1-0 frente a Cruz Azul, en juego disputado en el estadio Corona.
El gol de Oribe Peralta (21’) marcó la diferencia, pero los cruces defensivos del Guti, fueron determinantes para mantener una ventaja que le permite a los laguneros llegar a 17 puntos, y meterse en zona de calificación; La Máquina se estanca en 18 unidades.
Juego, de nueva cuenta, en el que La Máquina dominó, fue mejor y tuvo más opciones que el rival, pero en el futbol no se gana por decisión, se gana por goles. Santos lo hizo... y Cruz Azul no.
Los papeles se cambiaron en la cancha. Quien parecía el local era el visitante y viceversa, porque en cuanto Marco Rodríguez pitó el inicio del juego, los Cementeros adoptaron la actitud mandona en el campo, se hicieron del balón, del tiempo, de todo lo que se podía poseer en el terreno de juego.
Menos de una cosa, la más importante del futbol: el gol. Santos, tirado atrás, confiado en el toque de Daniel Ludueña y la velocidad de sus delanteros, tuvo todo a su favor, Oribe tuvo el balón en el área, se aprovechó de una nueva falla de Waldo Ponce y cruzó su disparo que dejó sin oportunidad al portero cementero José de Jesús Corona.
La reacción de Cruz Azul fue inmediata. El acoso creció y como contra Guadalajara, los tiros de esquina a favor se multiplicaron, pero en ninguno de estos, el portero santista Oswaldo Sánchez fue exigido seriamente.
Para la segunda parte, cuando entró Javier Aquino, la peligrosidad de Cruz Azul creció, aunque también para Santos, que aprovechaba los espacios dejados. Pero el bombardeo era sobre la cabaña de Oswaldo, quien gritaba desesperado por coberturas, por cierres, por alguien que lo ayudara.
Y la ayuda vino del más chiquito de su equipo. Cuando Cruz Azul al fin pudo vencer a Oswaldo, ahí estaba el Guti, para en dos ocasiones, salvar en la línea a su escuadra, primero a tiro de Christian Giménez y después en una chilena efectuada por Emanuel Villa.
Pero no todo fue mérito de Estrada, también los Cementeros pecaron a la hora de definir. Israel Castro y Aquino, echaron sus disparos por un lado de la portería, cuando era más sencillo meter el balón a la red.
Meza intentó de todo, pero Hugo Droguett volvió a desaprovechar su oportunidad y Javier Orozco no tuvo una pelota a modo.
En el último minuto, Corona se fue a buscar el empate, pero ni siquiera se pudo enviar un centro al área y Benjamín Galindo se va casa tranquilo. No hay duda que la mano del Maestro le ha cambiado la cara a los laguneros, que ya no son un equipo que jugaba a nada; y Cruz Azul sigue en las mismas: juega bien, domina la mayor parte del juego, pero no es contundente a la hora buena. Quizá haya sido una derrota no merecida para Cruz Azul, pero fue una victoria bien buscada para Santos.
Iván Estrada se alzó como el gran héroe, ya que sin sus intervenciones, Santos Laguna no podría haber gritado su victoria de 1-0 frente a Cruz Azul, en juego disputado en el estadio Corona.
El gol de Oribe Peralta (21’) marcó la diferencia, pero los cruces defensivos del Guti, fueron determinantes para mantener una ventaja que le permite a los laguneros llegar a 17 puntos, y meterse en zona de calificación; La Máquina se estanca en 18 unidades.
Juego, de nueva cuenta, en el que La Máquina dominó, fue mejor y tuvo más opciones que el rival, pero en el futbol no se gana por decisión, se gana por goles. Santos lo hizo... y Cruz Azul no.
Los papeles se cambiaron en la cancha. Quien parecía el local era el visitante y viceversa, porque en cuanto Marco Rodríguez pitó el inicio del juego, los Cementeros adoptaron la actitud mandona en el campo, se hicieron del balón, del tiempo, de todo lo que se podía poseer en el terreno de juego.
Menos de una cosa, la más importante del futbol: el gol. Santos, tirado atrás, confiado en el toque de Daniel Ludueña y la velocidad de sus delanteros, tuvo todo a su favor, Oribe tuvo el balón en el área, se aprovechó de una nueva falla de Waldo Ponce y cruzó su disparo que dejó sin oportunidad al portero cementero José de Jesús Corona.
La reacción de Cruz Azul fue inmediata. El acoso creció y como contra Guadalajara, los tiros de esquina a favor se multiplicaron, pero en ninguno de estos, el portero santista Oswaldo Sánchez fue exigido seriamente.
Para la segunda parte, cuando entró Javier Aquino, la peligrosidad de Cruz Azul creció, aunque también para Santos, que aprovechaba los espacios dejados. Pero el bombardeo era sobre la cabaña de Oswaldo, quien gritaba desesperado por coberturas, por cierres, por alguien que lo ayudara.
Y la ayuda vino del más chiquito de su equipo. Cuando Cruz Azul al fin pudo vencer a Oswaldo, ahí estaba el Guti, para en dos ocasiones, salvar en la línea a su escuadra, primero a tiro de Christian Giménez y después en una chilena efectuada por Emanuel Villa.
Pero no todo fue mérito de Estrada, también los Cementeros pecaron a la hora de definir. Israel Castro y Aquino, echaron sus disparos por un lado de la portería, cuando era más sencillo meter el balón a la red.
Meza intentó de todo, pero Hugo Droguett volvió a desaprovechar su oportunidad y Javier Orozco no tuvo una pelota a modo.
En el último minuto, Corona se fue a buscar el empate, pero ni siquiera se pudo enviar un centro al área y Benjamín Galindo se va casa tranquilo. No hay duda que la mano del Maestro le ha cambiado la cara a los laguneros, que ya no son un equipo que jugaba a nada; y Cruz Azul sigue en las mismas: juega bien, domina la mayor parte del juego, pero no es contundente a la hora buena. Quizá haya sido una derrota no merecida para Cruz Azul, pero fue una victoria bien buscada para Santos.