domingo, mayo 16, 2010
UNA VOCACIÓN VERDADERA
La vocación docente se lleva en la sangre
Mario Ernesto Hernández Pérez lleva la docencia en la sangre. Hijo de profesores, desde joven dijo que quería estudiar Ingeniería en Sistemas pero sentía que las aulas le llamaban y finalmente, en una prueba de orientación vocacional, sus asesoras le indicaron que lo más idóneo para él sería convertirse en maestro.
En su día. Mario considera que los profesores deben reflexionar sobre la importancia de su labor en la formación de los jóvenes.
"Y tenían razón... yo creo que el ser profesor se lleva al 100 por ciento en la sangre, no es una casualidad ni una necesidad, es una predisposición que ya traemos, en mi caso hasta genética", dice Hernández en tono bromista.
En su juventud, fue seleccionado regional del equipo de basquetbol y obtuvo siete campeonatos en levantamiento de pesas, por lo que considera que la educación debe ser integral y que el deporte es parte fundamental del desarrollo de los estudiantes.
Para Hernández, su profesión es distinta a otras porque considera que los educadores tienen una responsabilidad que va más allá de lo que puedan aprender los estudiantes en las aulas y se trata de la formación integral, de inculcarles los valores necesarios para desenvolverse en la vida diaria, pues señala que actualmente muchas familias ya han olvidado este compromiso con la educación de los hijos y se lo han dejado a los maestros y a las escuelas, cuando no debiera ser de esta manera.
"Un profesor debe tener formación en psicología, procesos de aprendizaje, además de la formación como profesor, para poder dar clases en cada uno de los niveles", manifiesta.
"Se debe tener la sensibilidad hacia formar ciudadanos de bien, de inculcarles en el momento histórico que les toca vivir, a que sean personas propositivas, formar líderes de opinión", comentó.
A sus 41 años, Hernández sigue siendo estudiante, pues cursa la maestría en Desarrollo. También da clases en la Escuela Normal Superior y este año cumplirá 20 años como docente, en los que su principal satisfacción ha sido ver a sus alumnos acomodados en diferentes puestos de trabajo, como "gente de bien".
Hernández dijo que actualmente el reto de los profesores es dar herramientas a los estudiantes para que salgan adelante y sean generadores de cambios y propuestas, tener alumnos bien capacitados.
"Tenemos que recuperar los valores", expresó.