viernes, diciembre 11, 2009
NOTAS A LA ALCALDÍA SALIENTE
Recibí ayer una solicitud de La Opinión, periódico en el que colaboro. Me pidieron que en tres rubros otorgara una calificación del 1 al 10 a la administración municipal de Torreón que está a punto de cerrar su periodo de gobierno. En la edición de hoy salieron dos de mis calificaciones y una parte breve de los argumentos. Ahora los traigo aquí íntegros, tal y como los envié, para contextualizar las notas escolares que propuse:
1. Gobernabilidad: 7En este caso su calificación es muy regular no tanto por sus aciertos, sino porque en general no es tan difícil sostener la gobernabilidad en un municipio no muy acostumbrado a la demanda pública. Los conflictos, cuando surgen, no tienen los niveles de encono de otras ciudades, así que un plan más o menos laxo de diálogo da para sacar adelante los acuerdos que permiten la convivencia. Un detalle importante: el clima de inseguridad desalentó no sólo la salida de la gente a las calles por motivos de trabajo y diversión. Tengo la sospecha de que esto se extendió al plano del reclamo político: ante la ola de violencia, la ciudadanía se mantiene casi necesariamente atada al miedo y olvida cualquier demanda a la administración municipal, lo que deriva en una relativa paz para el gobierno. Es un todo complejo harto difícil de analizar a la ligera, pero creo que, en sentido estricto, la gobernabilidad mantenida por la alcaldía saliente ha sido aprobatoria, pero mediocre porque no se vio desafiada frontalmente.
2. Imagen: 5La imagen es quizá el punto más dañado de la administración joseangelista. Su gobierno fue dejando gradualmente una sensación de incompetencia que se vio agudizada por la atmósfera de inseguridad que atravesó todo el cuatrienio. Para colmo, aquella promesa levantada como eslogan, la relativa a la mejor policía del norte del país, quedó pulverizada a medida que pasaban los meses. Es cierto que el problema de la violencia no sólo obedece a factores locales, pero cascó pésimamente mal la combinación eslogan-violencia. Los resultados en las elecciones son un reflejo del deterioro sufrido por el gobierno actual en términos de imagen. Da la impresión de que nunca pudieron levantar el pico, que tras los problemas desatados por el horror de los balazos la administración de José Ángel ya no pudo mejorar sus estándares de aprecio ciudadano.
3. Negociación: 6La calificación en este rubro evidentemente se relaciona con los conflictos desatados contra la administración estatal. Si bien es muy común que los gobiernos de distinto origen político no mantengan una relación tersa (esta es una de las más grandes taras del poder en México), en el caso de la alcaldía local y el gobierno del estado el que más sufrió fue Torreón, pues mientras se daba el espectáculo de los dimes y los diretes algunas obras se quedaron en pausa y, peor que eso, se dejaba sembrada la impresión de rijosidad y falta de tacto. Finalmente, más por aburrimiento que por destreza para negociar, la pugnacidad se fue diluyendo y está a punto de terminar con el cierre de la administración torreonense. JMV