jueves, enero 22, 2009
MEMO OCHOA
La piedra que lanzó Guillermo Ochoa al no haber freno en el número de naturalizados convocados a la Selección Nacional, ayudó a que otros inconformes se armaran de valor para reprochar la falta de piernas nacidas en México dentro del representativo tricolor.
“Somos 120 millones de habitantes y no puede ser que no podamos tener una selección de primer nivel”, se quejó Carlos Hermosillo, director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).
En la concentración del Tri, Ochoa, portero del América, propuso “poner un límite” a la cifra de naturalizados, argumento que defendió Hermosillo.
“Si el chiste es que le hagan una imagen diferente y hay que naturalizar a 11, pues ya dependerá también de las decisiones de los jugadores mexicanos”, invitó.
“Me da pena ver una selección con cuatro naturalizados” y añadió que desde su cargo sí puede colaborar para combatir la problemática. “No puede ser que en la parte de adelante, del 100% de los equipos tengamos 90% de puros extranjeros”, criticó.
En tanto, Pável Pardo estalló: “Sí invitaría a todos los equipos a que sigan trabajando en fuerzas básicas”, porque quiénes están detrás de las últimas figuras del Tri y que ya van de salida (Cuauhtémoc Blanco, Jared Borgetti, el propio Pardo y Oswaldo Sánchez, entre otros). “Seamos inteligentes y abramos los ojos”.
A esas declaraciones, Oswaldo Sánchez sumó otras: “Para que no haya tanto naturalizado, que realmente los mexicanos de nacimiento nos diéramos a la idea de mejorar y demostrar dentro de la cancha que somos superiores a los que están llevando ahora, pero ese es un acicate para que nosotros reaccionemos”.
Uno de los estrategas más reconocidos en el medio mexicano, Raúl Arias, reprochó: “Se está haciendo una pachanga, a lo mejor en la concentración pones a algún juez para casamiento o alguna de esas cosas raras; se está abaratando mucho la camiseta”.
En medio de la rebelión, Lucas Ayala, el último de los naturalizados que convocó Sven-Göran Eriksson, comentó, con inconfundible acento sudamericano que “vestir esta camiseta es un orgullo, porque es un deseo que tenía desde que empecé a jugar y hoy se me cumple un sueño”.
Rechazó, eso sí, que el llamado venga por suerte o de rebote, “las cosas se dan porque uno trabaja”, abogó el futbolista.
En otros frentes, el ex jugador y técnico, Héctor Pulido, criticó la “falta de determinación” del mexicano y el artillero de Pumas, Juan Carlos Cacho, remató que los naturalizados “nos quitan un lugar a nosotros los mexicanos, que buscamos una oportunidad en la Selección Nacional”.
“Somos 120 millones de habitantes y no puede ser que no podamos tener una selección de primer nivel”, se quejó Carlos Hermosillo, director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).
En la concentración del Tri, Ochoa, portero del América, propuso “poner un límite” a la cifra de naturalizados, argumento que defendió Hermosillo.
“Si el chiste es que le hagan una imagen diferente y hay que naturalizar a 11, pues ya dependerá también de las decisiones de los jugadores mexicanos”, invitó.
“Me da pena ver una selección con cuatro naturalizados” y añadió que desde su cargo sí puede colaborar para combatir la problemática. “No puede ser que en la parte de adelante, del 100% de los equipos tengamos 90% de puros extranjeros”, criticó.
En tanto, Pável Pardo estalló: “Sí invitaría a todos los equipos a que sigan trabajando en fuerzas básicas”, porque quiénes están detrás de las últimas figuras del Tri y que ya van de salida (Cuauhtémoc Blanco, Jared Borgetti, el propio Pardo y Oswaldo Sánchez, entre otros). “Seamos inteligentes y abramos los ojos”.
A esas declaraciones, Oswaldo Sánchez sumó otras: “Para que no haya tanto naturalizado, que realmente los mexicanos de nacimiento nos diéramos a la idea de mejorar y demostrar dentro de la cancha que somos superiores a los que están llevando ahora, pero ese es un acicate para que nosotros reaccionemos”.
Uno de los estrategas más reconocidos en el medio mexicano, Raúl Arias, reprochó: “Se está haciendo una pachanga, a lo mejor en la concentración pones a algún juez para casamiento o alguna de esas cosas raras; se está abaratando mucho la camiseta”.
En medio de la rebelión, Lucas Ayala, el último de los naturalizados que convocó Sven-Göran Eriksson, comentó, con inconfundible acento sudamericano que “vestir esta camiseta es un orgullo, porque es un deseo que tenía desde que empecé a jugar y hoy se me cumple un sueño”.
Rechazó, eso sí, que el llamado venga por suerte o de rebote, “las cosas se dan porque uno trabaja”, abogó el futbolista.
En otros frentes, el ex jugador y técnico, Héctor Pulido, criticó la “falta de determinación” del mexicano y el artillero de Pumas, Juan Carlos Cacho, remató que los naturalizados “nos quitan un lugar a nosotros los mexicanos, que buscamos una oportunidad en la Selección Nacional”.