NOTI-SNTE SECCIÓN 35

México vive una hora crítica. En las últimas décadas, la agregación de problemas viejos y nuevos configura un escenario de riesgos que amenaza rebasar a las instituciones.
A la pobreza que agobia a casi la mitad de la población, se suman la desigualdad y la concentración del ingreso, hoy somos una de las naciones más desiguales del planeta. Por otra parte, a los desequilibrios en el campo
y el deterioro medioambiental (en apenas tres décadas el país perdió más del 30% de sus áreas verdes, que equivale a Tlaxcala y el D.F. y 75% del territorio sufre erosión) se suma el acelerado envejecimiento de la población
que planteará enormes retos al sistema de salud y a la sociedad y, por si fuera poco, el sistema educativo nacional, presenta sensibles déficit que le impiden cumplir el papel que le corresponde en este tiempo.
Para enrarecer el escenario, la crisis financiera internacional y la recesión de la economía norteamericana están generando severos impactos sobre la economía y el sector productivo mexicanos: menos empleo, menos
remesas, menos exportaciones de productos mexicanos a EU, menos ingresos por turismo, presiones a la paridad peso-dólar.
Las condiciones particulares en que se despliega la emergencia económica en el país —en un año electoral y en el contexto de una profunda crisis de seguridad pública que amenaza cada vez más la gobernabilidad—
confirman la inutilidad de respuestas parciales y cortoplacistas. Es imperativo encarar esta crisis desde una perspectiva plural e incluyente y con una visión estructural y de largo plazo.
A partir de estas directrices, el Consejo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación reunido en su XXVII sesión extraordinaria manifiesta:
Su firme compromiso con la transformación del sistema educativo nacional. La Alianza por la Calidad de • la Educación debe ubicarse como uno de los elementos centrales de una respuesta integral, de largo aliento y
con visión estratégica, a la crisis económica y sus secuelas en la vida social, comunitaria, cultural y productiva.
• El Acuerdo Nacional para la Defensa de la Economía Familiar y el Empleo, al que convocó el Presidente Felipe Calderón, debe constituir el cimiento de una reflexión mayor, en clave democrática, en la que los
liderazgos políticos, los de las organizaciones de la sociedad civil, de los sindicatos y centrales campesinas, de los organismos empresariales, de las universidades públicas y privadas y los centros de investigación y
creación intelectual, perfilen el proyecto del país que queremos y cómo construirlo. México requiere del más amplio consenso para definir su futuro.
• Como trabajadores de la educación y sindicalistas hacemos un llamado a los actores políticos, sociales y productivos a suscribir acuerdos puntuales —verificables por la opinión pública— en defensa del empleo y el
aparato productivo nacional y para recuperar, lo antes posible, la vía del crecimiento económico.
• Al sindicalismo mexicano le corresponde jugar un papel relevante en la formulación de propuestas y alternativas viables en la arena política, sociocultural y productiva que rebasen los límites del gremialismo y la lógica
sectaria. Sólo de esta manera las organizaciones del trabajo estarán a la altura de los desafíos que enfrenta la sociedad.
• La lucha contra la marginación y la pobreza en que viven millones de compatriotas, debe considerarse una responsabilidad ineludible del Estado mexicano. Por ello, resulta moralmente inadmisible que los recursos
públicos dirigidos a la población más vulnerable se condicionen o administren según criterios partidistas. Es necesario que las autoridades federales, estatales y municipales asuman públicamente el compromiso de
mantener los programas y acciones de política social al margen de la lógica electoral.
• La próxima contienda para renovar la Cámara de Diputados pondrá a prueba la vocación y consistencia democrática de partidos y candidatos. En un contexto de enorme complejidad y riesgos para la estabilidad,
la batalla electoral debe privilegiar el debate de ideas y proyectos en un clima de tolerancia y respeto a la diversidad de opciones. Los profesionales de la política deben reivindicar, con hechos y responsabilidad
republicana, el valor de las instituciones y mecanismos del régimen democrático.
El pueblo de México demanda de todos nosotros compromiso cabal con el país; sensibilidad para atender las necesidades de los sectores mayoritarios e inteligencia para convertir la crisis en oportunidad de fortalecer a las
instituciones nacionales, asegurar la viabilidad del Estado democrático, representativo y plural y sentar las bases para superar, de una vez y para siempre, las crisis.
2009 puede ser el año en que decidimos empezar a pensar en grande.
Llegó la hora de la unidad, el patriotismo y la responsabilidad democrática.
Victoria de Durango, Durango a 13 de enero de 2008