martes, noviembre 18, 2008
HISTORIA
Víctor González Avelar
Hace 92 años estas áridas tierras de nuestra Comarca Lagunera un modesto operador del sistema de tranvías Torreón-Lerdo llamado Jesús Agustín Castro se levantó en armas en apoyo a otro lagunero, Don Francisco I. Madero, para derrotar al régimen político de Porfirio Díaz. Don Jesús Agustín con cien hombres tomó Ciudad Lerdo, Gómez Palacio y Torreón. Este llamado revolucionario de Madero fue el primer caso en el mundo, en donde un caudillo le pone fecha, día y hora a un levantamiento armado: el amanecer del 20 de noviembre de 1910.
Como Jesús Agustín miles de rebeldes y guerrilleros tomaron las armas para cambiar las cosas que pensaban no estaban bien en este país. Algunos llegaron con el tiempo a ser personajes notables de México. Otros más anónimos no dejaron huella alguna en los textos de nuestra historia, pero no por eso fueron menos notables o importantes hombres y mujeres de aquella turbulenta etapa del país.
Finalmente aquella Revolución fue la que finalmente creó el país que ahora tenemos y vivimos. Con todos sus males, perversiones, deficiencias, carencias y corrupciones; pero también la que construyó el México que ahora tenemos con todos sus beneficios, mejoras, adelantos y progresos, universidades, carreteras, presas o aeropuertos. Esas acciones para cambiar las cosas que estaban mal, costó un millón de muertos y la mayoría de ellos civiles.
Esa Revolución de la cual poco saben las actuales generaciones, logró elevar a rango constitucional una serie de reclamos históricos que la ubicaron como la primera gran Revolución social del siglo XX. Por desgracia y como consecuencia de la deficiente educación que desde hace algunos años se imparte a los jóvenes en este país, tanto en escuelas particulares o de paga, como en las llamadas oficiales, en su gran mayoría jóvenes y madurones, no saben actualmente ni tienen la menor idea de qué se conmemoró el día de ayer.
Podríamos mencionar algunos de los beneficios logrados a costa de un millón de cadáveres de mexicanos ya olvidados. Para empezar, se establecieron los derechos de los trabajadores ancestralmente explotados por patrones irresponsables. Esto permitió la creación del IMSS, del ISSSTE, del FOVISSSTE, del FONACOT, del INFONAVIT y de los tribunales obreros. Se definieron las garantías individuales y los derechos humanos que deberán ser respetados al ciudadano por cualquier autoridad perfeccionándose al efecto el juicio de amparo. Se rescató para México la propiedad de los recursos naturales del subsuelo lo que permitió posteriormente la expropiación que hizo Lázaro Cárdenas de la industria petrolera en manos de extranjeros. Ello llevó de la mano a la expropiación de la industria eléctrica en poder de ingleses y norteamericanos y a su vez, a crear la CFE.
EL ARTÍCULO 27 de la Revolución permitió el reparto de los latifundios y la distribución de las tierras y del agua entre campesinos y pequeños propietarios satisfaciéndose el reclamo al derecho a la tierra, el más antiguo de nuestra historia y que se remonta a los años de la conquista española en 1521. En la propia Constitución producto de la Revolución de 1910, se encuentra en germen de todas las reformas políticas que dieron entrada a los diputados plurinominales, a la creación del IFE y el sistema de partidos vigente.
Pero por desgracia de las nuevas generaciones de mexicanos poco o nada saben el porqué se debe rememorar tan significada fecha. Los jóvenes en su gran mayoría no tienen ni la menor idea de los personajes que la protagonizaron, ni de su contenido ideológico, político, económico y social, tampoco, de lo que representó para el país y para la vida de todos nosotros la Revolución de 1910 hoy manejada como una fecha simple para armar “puentes de vacacionistas”.
Un pueblo que desconoce su historia, es un pueblo condenado a repetir los mismos errores, y parece que fatalmente ése es nuestro destino como una sociedad que más le preocupa las fechas conmemorativas como “puentes” potenciales, que saber de su contenido histórico.
Hace 92 años estas áridas tierras de nuestra Comarca Lagunera un modesto operador del sistema de tranvías Torreón-Lerdo llamado Jesús Agustín Castro se levantó en armas en apoyo a otro lagunero, Don Francisco I. Madero, para derrotar al régimen político de Porfirio Díaz. Don Jesús Agustín con cien hombres tomó Ciudad Lerdo, Gómez Palacio y Torreón. Este llamado revolucionario de Madero fue el primer caso en el mundo, en donde un caudillo le pone fecha, día y hora a un levantamiento armado: el amanecer del 20 de noviembre de 1910.
Como Jesús Agustín miles de rebeldes y guerrilleros tomaron las armas para cambiar las cosas que pensaban no estaban bien en este país. Algunos llegaron con el tiempo a ser personajes notables de México. Otros más anónimos no dejaron huella alguna en los textos de nuestra historia, pero no por eso fueron menos notables o importantes hombres y mujeres de aquella turbulenta etapa del país.
Finalmente aquella Revolución fue la que finalmente creó el país que ahora tenemos y vivimos. Con todos sus males, perversiones, deficiencias, carencias y corrupciones; pero también la que construyó el México que ahora tenemos con todos sus beneficios, mejoras, adelantos y progresos, universidades, carreteras, presas o aeropuertos. Esas acciones para cambiar las cosas que estaban mal, costó un millón de muertos y la mayoría de ellos civiles.
Esa Revolución de la cual poco saben las actuales generaciones, logró elevar a rango constitucional una serie de reclamos históricos que la ubicaron como la primera gran Revolución social del siglo XX. Por desgracia y como consecuencia de la deficiente educación que desde hace algunos años se imparte a los jóvenes en este país, tanto en escuelas particulares o de paga, como en las llamadas oficiales, en su gran mayoría jóvenes y madurones, no saben actualmente ni tienen la menor idea de qué se conmemoró el día de ayer.
Podríamos mencionar algunos de los beneficios logrados a costa de un millón de cadáveres de mexicanos ya olvidados. Para empezar, se establecieron los derechos de los trabajadores ancestralmente explotados por patrones irresponsables. Esto permitió la creación del IMSS, del ISSSTE, del FOVISSSTE, del FONACOT, del INFONAVIT y de los tribunales obreros. Se definieron las garantías individuales y los derechos humanos que deberán ser respetados al ciudadano por cualquier autoridad perfeccionándose al efecto el juicio de amparo. Se rescató para México la propiedad de los recursos naturales del subsuelo lo que permitió posteriormente la expropiación que hizo Lázaro Cárdenas de la industria petrolera en manos de extranjeros. Ello llevó de la mano a la expropiación de la industria eléctrica en poder de ingleses y norteamericanos y a su vez, a crear la CFE.
EL ARTÍCULO 27 de la Revolución permitió el reparto de los latifundios y la distribución de las tierras y del agua entre campesinos y pequeños propietarios satisfaciéndose el reclamo al derecho a la tierra, el más antiguo de nuestra historia y que se remonta a los años de la conquista española en 1521. En la propia Constitución producto de la Revolución de 1910, se encuentra en germen de todas las reformas políticas que dieron entrada a los diputados plurinominales, a la creación del IFE y el sistema de partidos vigente.
Pero por desgracia de las nuevas generaciones de mexicanos poco o nada saben el porqué se debe rememorar tan significada fecha. Los jóvenes en su gran mayoría no tienen ni la menor idea de los personajes que la protagonizaron, ni de su contenido ideológico, político, económico y social, tampoco, de lo que representó para el país y para la vida de todos nosotros la Revolución de 1910 hoy manejada como una fecha simple para armar “puentes de vacacionistas”.
Un pueblo que desconoce su historia, es un pueblo condenado a repetir los mismos errores, y parece que fatalmente ése es nuestro destino como una sociedad que más le preocupa las fechas conmemorativas como “puentes” potenciales, que saber de su contenido histórico.