jueves, noviembre 27, 2008
EL DRAMA DE NELSON
Mario Gálvez Narro
La denuncia pública hecha ayer por Nelson Vargas, extitular de la CONADE en el sexenio foxista, en el sentido de que ni la PGR ni la PFP han llevado a cabo indagatorias para tratar de dar con el paradero de su hija, y antes bien él y su familia tuvieron que emplear tiempo y recursos personales para identificar a los secuestradores de su hija, Silvia Vargas, ejemplifica la profunda indefensión de una familia ante la delincuencia organizada y la absoluta incompetencia de los titulares de la PFP, Genaro García Luna, y de la PGR, Eduaro Medina Mora.
De acuerdo al padre de la víctima, la banda de secuestradores conocida como Los Rojos son los autores del secuestro de su hija Silvia, plagiada hace un año dos meses.
Además, pese a que en su momento él advirtió a las autoridades de que su exchofer Oscar Ortíz González, resultaba ser el principal sospechoso ya que sus hermanos pertenecían a una banda de plagiarios conocida como Los Rojos, ni la SIEDO ni la PFP fueron capaces de vincularlo con los secuestradores de Silvia.
Y antes por el contrario, para desmentir las imputaciones de Nelson Vargas la PGR sostuvo ayer que Ortiz González rechazó estar implicado en el plagio y enunmeró una lista de acciones que según la dependencia ha llevado a cabo para dar con su paradero y desmetir el dicho de que nada ha hecho al respecto.
Medina Mora podrá decir lo que le venga en gana, pero lo cierto es que 14 meses no han sido suficientes para dar con el paradero de Silvia.
Peor aún, las fallas de las autoridades han sido tan graves e insultantes como el haber dejado huir a uno de los secuestradores de un hospital, acción que después y sin ningún tipo de evidencia trataron de achacar a un médico radiólogo.
Ante la incontrolable ola de violencia y muerte que se abate sobre el país, García Luna y Medina Mora estarían obligados a renunciar pues han demostrado que han sido absolutamente incompetentes y omisos en sus obligaciones de dar seguridad a la población y combatir a la delincuencia organizada.
Los dichos de la PGR para tratar de desvirtuar las afirmaciones de Nelson Vargas son un insulto a la inteligencia, pues con meras palabras tratan de ocultar su rotundo fracaso en el caso.
La familia de la plagiada hubo de llevar a cabo sus propias indagatorias para tratar de dar con su paradero, pues de parte de la PGR y de la PFP nunca vieron disposición alguna.
Y si a lo largo de 14 largos meses han resultado del todo inútiles los contactos políticos y económicos de la familia para dar con el paradero de Silvia, ya podrá imaginarse qué puede esperar un ciudadano común en un caso parecido, la total indiferencia de las autoridades.
El caso de Nelson Vargas es parecido al de la Sra Wallace, Isabel Miranda de Wallace, la ejemplar madre y maestra que un día tomó la crucial decisión de convertirse en investigadora del secuestro de su hijo.
“No fue por gusto, sino por necesidad”, reconoce.
“La falta de respuesta de las autoridades fue lo que me llevó a tener que buscar por cuenta propia a mi hijo; y las pesquisas me condujeron a los secuestradores.
Realmente al que salí a buscar fue a mi hijo, Hugo Alberto Wallace Miranda, yo no salí a buscar delincuentes”.
Y sin embargo fue ella la que dio con los plagiarios, no las ineptas autoridades.
En ambos casos se ha podido demostrar fehacientemente la absoluta incompetencia de las autoridades policiacas y ministeriales, y sin embargo unas y otras siguen en sus cargos como si nada ocurriera, cobrando religiosamente un salario que no merecen y -en los hechos- facilitando el accionar impune de la delincuencia organizada.
Por eso es indispensable que la sociedad se organice y exija la renuncia o destitución de los funcionarios públicos incompetentes e indolentes, pues éstos son los que facilitan la impunidad del crimen organizado.
A unas cuantas horas de que se venza el plazo de 100 días dado por los integrantes del Consejo Nacional de Seguridad Pública para tratar de abatir los niveles de inseguridad y violencia en el país, el balance de la actuación de dos figuras claves en este drama nacional, el procurador Eduardo Medina Mora y el titular de la SSP, Genaro García Luna, es absolutamente deficitario pues la violencia y los asesinatos siguen imparables, y el nivel de impunidad, que genera a su vez más violencia, es ya un escándalo a nivel mundial.
Por eso es indispensable su relevo, pues ellos sólo pueden garantizar más crímenes y más impunidad.
La denuncia pública hecha ayer por Nelson Vargas, extitular de la CONADE en el sexenio foxista, en el sentido de que ni la PGR ni la PFP han llevado a cabo indagatorias para tratar de dar con el paradero de su hija, y antes bien él y su familia tuvieron que emplear tiempo y recursos personales para identificar a los secuestradores de su hija, Silvia Vargas, ejemplifica la profunda indefensión de una familia ante la delincuencia organizada y la absoluta incompetencia de los titulares de la PFP, Genaro García Luna, y de la PGR, Eduaro Medina Mora.
De acuerdo al padre de la víctima, la banda de secuestradores conocida como Los Rojos son los autores del secuestro de su hija Silvia, plagiada hace un año dos meses.
Además, pese a que en su momento él advirtió a las autoridades de que su exchofer Oscar Ortíz González, resultaba ser el principal sospechoso ya que sus hermanos pertenecían a una banda de plagiarios conocida como Los Rojos, ni la SIEDO ni la PFP fueron capaces de vincularlo con los secuestradores de Silvia.
Y antes por el contrario, para desmentir las imputaciones de Nelson Vargas la PGR sostuvo ayer que Ortiz González rechazó estar implicado en el plagio y enunmeró una lista de acciones que según la dependencia ha llevado a cabo para dar con su paradero y desmetir el dicho de que nada ha hecho al respecto.
Medina Mora podrá decir lo que le venga en gana, pero lo cierto es que 14 meses no han sido suficientes para dar con el paradero de Silvia.
Peor aún, las fallas de las autoridades han sido tan graves e insultantes como el haber dejado huir a uno de los secuestradores de un hospital, acción que después y sin ningún tipo de evidencia trataron de achacar a un médico radiólogo.
Ante la incontrolable ola de violencia y muerte que se abate sobre el país, García Luna y Medina Mora estarían obligados a renunciar pues han demostrado que han sido absolutamente incompetentes y omisos en sus obligaciones de dar seguridad a la población y combatir a la delincuencia organizada.
Los dichos de la PGR para tratar de desvirtuar las afirmaciones de Nelson Vargas son un insulto a la inteligencia, pues con meras palabras tratan de ocultar su rotundo fracaso en el caso.
La familia de la plagiada hubo de llevar a cabo sus propias indagatorias para tratar de dar con su paradero, pues de parte de la PGR y de la PFP nunca vieron disposición alguna.
Y si a lo largo de 14 largos meses han resultado del todo inútiles los contactos políticos y económicos de la familia para dar con el paradero de Silvia, ya podrá imaginarse qué puede esperar un ciudadano común en un caso parecido, la total indiferencia de las autoridades.
El caso de Nelson Vargas es parecido al de la Sra Wallace, Isabel Miranda de Wallace, la ejemplar madre y maestra que un día tomó la crucial decisión de convertirse en investigadora del secuestro de su hijo.
“No fue por gusto, sino por necesidad”, reconoce.
“La falta de respuesta de las autoridades fue lo que me llevó a tener que buscar por cuenta propia a mi hijo; y las pesquisas me condujeron a los secuestradores.
Realmente al que salí a buscar fue a mi hijo, Hugo Alberto Wallace Miranda, yo no salí a buscar delincuentes”.
Y sin embargo fue ella la que dio con los plagiarios, no las ineptas autoridades.
En ambos casos se ha podido demostrar fehacientemente la absoluta incompetencia de las autoridades policiacas y ministeriales, y sin embargo unas y otras siguen en sus cargos como si nada ocurriera, cobrando religiosamente un salario que no merecen y -en los hechos- facilitando el accionar impune de la delincuencia organizada.
Por eso es indispensable que la sociedad se organice y exija la renuncia o destitución de los funcionarios públicos incompetentes e indolentes, pues éstos son los que facilitan la impunidad del crimen organizado.
A unas cuantas horas de que se venza el plazo de 100 días dado por los integrantes del Consejo Nacional de Seguridad Pública para tratar de abatir los niveles de inseguridad y violencia en el país, el balance de la actuación de dos figuras claves en este drama nacional, el procurador Eduardo Medina Mora y el titular de la SSP, Genaro García Luna, es absolutamente deficitario pues la violencia y los asesinatos siguen imparables, y el nivel de impunidad, que genera a su vez más violencia, es ya un escándalo a nivel mundial.
Por eso es indispensable su relevo, pues ellos sólo pueden garantizar más crímenes y más impunidad.