jueves, mayo 29, 2008
UN TROVADOR MILLONARIO
El pintor mexicano Rufino Tamayo (1899-1991) se convirtió ayer en el artista latinoamericano mejor cotizado en el mercado de arte internacional luego de venderse –en 7.2 millones de dólares– su obra Trovador en la casa de subastas Christie’s de Nueva York.
La cifra sorprendió a propios y extraños, quienes estimaban una suma no mayor de 3 millones de dólares.
El cuadro del maestro nacido en Oaxaca, cuya generosidad ayudó a dar a luz el proyecto periodístico de La Jornada en 1984, era esperado con entusiasmo por los coleccionistas, no sólo por tratarse de un trabajo catalogado como representativo, en grado de excelencia, del pincel colorista de Tamayo, sino porque en raras ocasiones se había exhibido.
Unos cuantos privilegiados habían podido contemplar en vivo los tonos brillantes del óleo que muestra a un hombre con sombrero tocando una guitarra, acompañado por dos mujeres que observan desde el fondo.
Se trata, indica la ficha de presentación de la casa subastadora, de un cuadro en el cual “se une bellamente la particular iconografía de México con el humanismo universal”.
Polémica subasta
No obstante, diversos críticos de arte estadunidenses cuestionaron la venta, pues Trovador (realizado en 1945) formaba parte del acervo del museo Maier, de la Universidad Randolph de Virginia.
“Es deplorable la pérdida de este patrimonio cultural, no sólo para la escuela, sino para el público en general”, señaló el experto Lee Rosembaum en la publicación Arts Journal, una de las decenas de personas que, junto con empleados del museo universitario, interpusieron el año pasado una demanda judicial para detener la venta, inconformes con el hecho de que obras de arte donadas o adquiridas con fines docentes fueran usadas para sanear las finanzas de esa institución.
Sin embargo, el sistema judicial de Estados Unidos dio luz verde a la Universidad Randolph para enajenar la obra que, dijeron los frustrados querellantes, “no sólo podrá romper un récord de precios, sino también algunos corazones, pues si el cuadro desaparece en las entrañas de una colección privada, será casi imposible estudiarla”.
Pasión por un pincel
La prestigiada revista Art Nexus informó el pasado noviembre, cuando Trovador iba a salir a subasta, que se trata del lienzo menos analizado entre las grandes obras del artista: “Al combinar la temática ideal del guitarrista con la característica paleta brillante del artista y a esa escala, esta obra es la más importante pintura de caballete de Tamayo que haya llegado a subasta en más de una década. Tiene el potencial de romper el actual récord mundial en subasta para una obra de Tamayo, que se estableció en Christie’s en 1993 con la pintura de 1955, América (mural).”
Trovador fue exhibida por primera vez en la Valentine Gallery en Nueva York en 1946, posteriormente fue adquirida por el filántropo y humanista Stephen C. Clark, presidente del salón de la fama de beisbol. La pintura se exhibió en México en 1948, como parte de la muestra Tamayo: veinte años de su labor pictórica, en el Palacio de Bellas Artes.
La venta de ayer de la casa Christie’s se efectuó en el Rockefeller Center. También se remataron obras de otros artistas que han desarrollado lo más relevante de su obra en México, como Diego Rivera, Leonora Carrington, Juan O’Gorman, David Alfaro Siqueiros, Gunther Gerzso, Juan Soriano, Rodolfo Morales, y Franciso Toledo.
La pasión que el pincel del artista oaxaqueño provoca en el mercado internacional continuará hoy con la subasta de El comedor de sandías (1949), que abrirá la venta de primavera de arte latinoamericano de So-theby’s, también en la ciudad de los rascacielos.
El lienzo, en el que contrastan los tonos rojos de una sandía y los oscuros del personaje central, se ostenta en la portada del catálogo de la subasta. Su precio de salida será de entre 2 y 2.2 millones de dólares, cifra muy cercana a la que se fijó para la puja de Trovador.
La cifra sorprendió a propios y extraños, quienes estimaban una suma no mayor de 3 millones de dólares.
El cuadro del maestro nacido en Oaxaca, cuya generosidad ayudó a dar a luz el proyecto periodístico de La Jornada en 1984, era esperado con entusiasmo por los coleccionistas, no sólo por tratarse de un trabajo catalogado como representativo, en grado de excelencia, del pincel colorista de Tamayo, sino porque en raras ocasiones se había exhibido.
Unos cuantos privilegiados habían podido contemplar en vivo los tonos brillantes del óleo que muestra a un hombre con sombrero tocando una guitarra, acompañado por dos mujeres que observan desde el fondo.
Se trata, indica la ficha de presentación de la casa subastadora, de un cuadro en el cual “se une bellamente la particular iconografía de México con el humanismo universal”.
Polémica subasta
No obstante, diversos críticos de arte estadunidenses cuestionaron la venta, pues Trovador (realizado en 1945) formaba parte del acervo del museo Maier, de la Universidad Randolph de Virginia.
“Es deplorable la pérdida de este patrimonio cultural, no sólo para la escuela, sino para el público en general”, señaló el experto Lee Rosembaum en la publicación Arts Journal, una de las decenas de personas que, junto con empleados del museo universitario, interpusieron el año pasado una demanda judicial para detener la venta, inconformes con el hecho de que obras de arte donadas o adquiridas con fines docentes fueran usadas para sanear las finanzas de esa institución.
Sin embargo, el sistema judicial de Estados Unidos dio luz verde a la Universidad Randolph para enajenar la obra que, dijeron los frustrados querellantes, “no sólo podrá romper un récord de precios, sino también algunos corazones, pues si el cuadro desaparece en las entrañas de una colección privada, será casi imposible estudiarla”.
Pasión por un pincel
La prestigiada revista Art Nexus informó el pasado noviembre, cuando Trovador iba a salir a subasta, que se trata del lienzo menos analizado entre las grandes obras del artista: “Al combinar la temática ideal del guitarrista con la característica paleta brillante del artista y a esa escala, esta obra es la más importante pintura de caballete de Tamayo que haya llegado a subasta en más de una década. Tiene el potencial de romper el actual récord mundial en subasta para una obra de Tamayo, que se estableció en Christie’s en 1993 con la pintura de 1955, América (mural).”
Trovador fue exhibida por primera vez en la Valentine Gallery en Nueva York en 1946, posteriormente fue adquirida por el filántropo y humanista Stephen C. Clark, presidente del salón de la fama de beisbol. La pintura se exhibió en México en 1948, como parte de la muestra Tamayo: veinte años de su labor pictórica, en el Palacio de Bellas Artes.
La venta de ayer de la casa Christie’s se efectuó en el Rockefeller Center. También se remataron obras de otros artistas que han desarrollado lo más relevante de su obra en México, como Diego Rivera, Leonora Carrington, Juan O’Gorman, David Alfaro Siqueiros, Gunther Gerzso, Juan Soriano, Rodolfo Morales, y Franciso Toledo.
La pasión que el pincel del artista oaxaqueño provoca en el mercado internacional continuará hoy con la subasta de El comedor de sandías (1949), que abrirá la venta de primavera de arte latinoamericano de So-theby’s, también en la ciudad de los rascacielos.
El lienzo, en el que contrastan los tonos rojos de una sandía y los oscuros del personaje central, se ostenta en la portada del catálogo de la subasta. Su precio de salida será de entre 2 y 2.2 millones de dólares, cifra muy cercana a la que se fijó para la puja de Trovador.