viernes, febrero 15, 2008

 

LA MUERTE DE UN PERIODISTA

Mario Gálvez Narro
Murió Don Alonso Gómez Uranga, decano del periodismo en Coahuila y quien deja en todos quienes lo conocieron un recuerdo de simpatía pero también de trabajo tesonero.Qué tan cierto no será lo anterior que horas antes de fallecer en su domicilio envió al periódico Vanguardia, de Saltillo, sus últimas notas informativas. Cada quien tendrá sus recuerdos particulares y personales de Don Alonso, un reportero por los cuatro costados y -sin duda- un hombre de su tiempo, profundamente enraizado en el quehacer lagunero. Su don de gentes, su gentileza natural, su trato siempre amable y comedido, se van a extrañar en el periodismo comarcano. Ojalá que quienes lo conocieron más a fondo pudieran reunir sus recuerdos en un libro colectivo de anécdotas sobre su persona y su trabajo, que las hay por miles y a cual más de chuscas e interesantes. Don Alonso perteneció a una generación de reporteros que se formó en la brega de la nota diaria, y cuyo objetivo era conseguir la nota de ocho columnas del día siguiente. Su paso por el desaparecido canal 4 aún se recuerda, pues su forma de dar las noticias rompía paradigmas y se internaba en el humorismo involuntario, del que muchas veces ni él se daba cuenta. Fue de los pocos periodistas de su tiempo que laboraron en 3 medios a la vez -radio, prensa y televisión-, y el hecho de que haya cumplido más de 60 años como reportero deja en claro que el periodismo fue su vida. Es de lamentarse que no haya escrito sus memorias, pues durante más de 6 décadas Don Alonso fue testigo privilegiado del acontecer lagunero y a quién no conoció a lo largo de su vida.Don Alon­so fue sin duda un valor lagunero. Debiera establecerse una cátedra con su nombre en las escuelas de periodismo o de comunicación en La Laguna, en la que se destacara lo que él siempre privilegió en su labor periodística: la información local con los actores principales del quehacer político, económico y social. Si los valores laguneros no los destacamos los laguneros, entonces ¿quién lo podrá hacer?. En el periodismo lagunero su muerte le dolió a todo el mundo, pues fue un hombre que tuvo la virtud de tender lazos de simpatía con tirios y troyanos, en un medio donde hay tanto canibalismo y abundan las maledicencias. Su profesionalismo, aunado a su gentileza, le permitió atender y ser atendido por todo el mundo, por eso deja un grato recuerdo en todos los que lo conocieron. Vaya nuestro más sentido pésame a su viuda e hijos. Descanse en paz Don Alonso.





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