lunes, diciembre 10, 2007
INFORME SIN RESULTADOS
Mario Gálvez Narro
Hoy rinde su segundo informe de labores el alcalde José Ángel Pérez, y la pregunta que muchos ciudadanos se hacen es qué podrá informar si a lo largo del año la obra pública estuvo paralizada por el conflicto (aún no resuelto) con el gobierno estatal, a raíz de la creación de la Secretaría de Desarrollo Regional. Para el monto de recursos manejado por la administración, cerca de mil millones de pesos, la más alta de los municipios de Coahuila, la obra pública municipal merece el calificativo de insignificante. El desempeño de los titulares de Obras Públicas, Aniceto Izaguirre Martín, y de Urbanismo, Alberto Hermosillo Morales, ha sido por demás mediocre pues siguiendo la tendencia de la administración de Anaya se han limitado a repavimentar vialidades existentes desde hace más de 50 años y renombrarlas pares viales. No obstante, la ciudad sigue padeciendo cuellos de botella que pueden considerarse históricos, como el de la Múzquiz en pleno mercado Alianza, que pese a su gravedad siguen sin tener ninguna alternativa de solución. No obstante, el asunto de la controversia constitucional por la creación de la Secretaría de Desarrollo Regional y sobre todo la absurda solicitud de paralizar un conjunto de obras, algunas en proceso pero otras inexistentes e incluso ya concluídas, fue sin duda un hecho inédito en la historia del municipio y que afectó gravemente la obra pública en Torreón por más de 3 meses. La pregunta es: ¿Cómo podrá justificar hoy el alcalde semejante aberración jurídica y política en aras del interés público? No hay justificación posible pues fue la primera ocasión en la centenaria historia de la ciudad que la autoridad municipal solicitó a la Suprema Corte (una institución profundamente envilecida por la protección brindada al Gober Precioso) que se detuviera toda la obra pública ejecutada en el municipio por la odiada Secretaría de Desarrollo Regional, a cargo de Eduardo Olmos, el antiguo adversario electoral del alcalde. Esta determinación, cocinada en el Ayuntamiento por el secretario del Ayuntamiento, Rodolfo Walss, ha provocado un retraso sin precedentes en la obra pública en el municipio. El protagonismo político de Rodolfo Walss ha ido en propoirciuón directa a la inoperancia del alcalde. Por sistema José Angel Pérez huye de los problemas del municipio.Si hay algo que ha caracterizado su gestión ha sido su ausentismo ante los conflictos. El problema es que Walss ha politizado sistemáticamente todos los conflictos, lo que no ha hecho más que agravar la ya de por sí difícil y tensa relación con el gobierno de Humberto Moreira.A fin de nivelar el protagonismo de Walss, Pérez Hernández se vio obligado de echar mano del secretario de Anaya, Alfonso Tafoya, el problema es que éste es un cartucho quemado que llega a la administración municipal como auténtico náufrago político, luego de haber perdido dos elecciones consecutivas.Por si fuera poco, en los rubros de seguridad pública y empleo los saldos del gobierno panista han sido netamente deficitarios. Nunca antes se había tenido en Torreón un clima de inseguridad y de violencia criminal como el de este año, con mucho el peor que se recuerde. El pago de favores políticos hechos por Pérez Hernández a algunas camarillas de su partido, en particular de Monclova, llevó a que la DSPM terminara siendo un coto de poder de grupos amafiados con el PAN y con el crimen organizado.Las corruptelas del exdirector administrativo de la DSPM, Javier Hernández, y los asesinatos de dos custodios del titular de la DSPM han sido ejemplo de ello. Sin embargo, pese a todo no ha habido -ni habrá- una sola medida de saneamiento de la corporación no obstante que el alcalde supo desde mucho tiempo atrás lo que ocurría en la dependencia. Si no ha hecho nada ha sido porque es cómplice de la delincuencia, porque le tiene miedo o porque no sabe qué hacer.Usted escoja. Y conste: todavía faltan otros dos largos años.
Hoy rinde su segundo informe de labores el alcalde José Ángel Pérez, y la pregunta que muchos ciudadanos se hacen es qué podrá informar si a lo largo del año la obra pública estuvo paralizada por el conflicto (aún no resuelto) con el gobierno estatal, a raíz de la creación de la Secretaría de Desarrollo Regional. Para el monto de recursos manejado por la administración, cerca de mil millones de pesos, la más alta de los municipios de Coahuila, la obra pública municipal merece el calificativo de insignificante. El desempeño de los titulares de Obras Públicas, Aniceto Izaguirre Martín, y de Urbanismo, Alberto Hermosillo Morales, ha sido por demás mediocre pues siguiendo la tendencia de la administración de Anaya se han limitado a repavimentar vialidades existentes desde hace más de 50 años y renombrarlas pares viales. No obstante, la ciudad sigue padeciendo cuellos de botella que pueden considerarse históricos, como el de la Múzquiz en pleno mercado Alianza, que pese a su gravedad siguen sin tener ninguna alternativa de solución. No obstante, el asunto de la controversia constitucional por la creación de la Secretaría de Desarrollo Regional y sobre todo la absurda solicitud de paralizar un conjunto de obras, algunas en proceso pero otras inexistentes e incluso ya concluídas, fue sin duda un hecho inédito en la historia del municipio y que afectó gravemente la obra pública en Torreón por más de 3 meses. La pregunta es: ¿Cómo podrá justificar hoy el alcalde semejante aberración jurídica y política en aras del interés público? No hay justificación posible pues fue la primera ocasión en la centenaria historia de la ciudad que la autoridad municipal solicitó a la Suprema Corte (una institución profundamente envilecida por la protección brindada al Gober Precioso) que se detuviera toda la obra pública ejecutada en el municipio por la odiada Secretaría de Desarrollo Regional, a cargo de Eduardo Olmos, el antiguo adversario electoral del alcalde. Esta determinación, cocinada en el Ayuntamiento por el secretario del Ayuntamiento, Rodolfo Walss, ha provocado un retraso sin precedentes en la obra pública en el municipio. El protagonismo político de Rodolfo Walss ha ido en propoirciuón directa a la inoperancia del alcalde. Por sistema José Angel Pérez huye de los problemas del municipio.Si hay algo que ha caracterizado su gestión ha sido su ausentismo ante los conflictos. El problema es que Walss ha politizado sistemáticamente todos los conflictos, lo que no ha hecho más que agravar la ya de por sí difícil y tensa relación con el gobierno de Humberto Moreira.A fin de nivelar el protagonismo de Walss, Pérez Hernández se vio obligado de echar mano del secretario de Anaya, Alfonso Tafoya, el problema es que éste es un cartucho quemado que llega a la administración municipal como auténtico náufrago político, luego de haber perdido dos elecciones consecutivas.Por si fuera poco, en los rubros de seguridad pública y empleo los saldos del gobierno panista han sido netamente deficitarios. Nunca antes se había tenido en Torreón un clima de inseguridad y de violencia criminal como el de este año, con mucho el peor que se recuerde. El pago de favores políticos hechos por Pérez Hernández a algunas camarillas de su partido, en particular de Monclova, llevó a que la DSPM terminara siendo un coto de poder de grupos amafiados con el PAN y con el crimen organizado.Las corruptelas del exdirector administrativo de la DSPM, Javier Hernández, y los asesinatos de dos custodios del titular de la DSPM han sido ejemplo de ello. Sin embargo, pese a todo no ha habido -ni habrá- una sola medida de saneamiento de la corporación no obstante que el alcalde supo desde mucho tiempo atrás lo que ocurría en la dependencia. Si no ha hecho nada ha sido porque es cómplice de la delincuencia, porque le tiene miedo o porque no sabe qué hacer.Usted escoja. Y conste: todavía faltan otros dos largos años.