NOTI-SNTE SECCIÓN 35

Jaime Muñoz Vargas

Los gachupas están de regreso en América Latina. Lo están, incluso, con la venia de los gringos, sus enemigos históricos y hoy aliados en la causa de la reconquista. No es, por ello, inválido como símbolo del antojo neocolonialista el ¿por qué no te callas? lanzado por Juan Carlos de Borbón a Hugo Chávez. Antes bien, en la real frase (real en todos los sentidos: porque en realidad ocurrió y porque la dijo “un rey”) queda resumida la actitud de la antigua metrópoli contra cualquier ansia de insubordinación sudaca.Los gachupas, pues, vuelven al inmenso territorio que perdieron por fin en 1898, tras la heroica independencia de Cuba.Un ejemplo del regreso cortesiano lo tenemos vivo, transparente, en México. Según se dice, el segundo hombre más poderoso luego de Felipurio Calderón es Juan Camilo Mouriño Terrazo, jefe de la oficina de la presidencia. Nacido en Madrid y hombre de todas las confianzas philipinas, Mouriño puede presumir una trayectoria profesional arrolladora, sin parangón en el contexto azteca: a los 36 años tiene tal cantidad de poder en las manos que ya nomás le falta darle para sus tunas a la Malinche con el fin de revivir las glorias del soldado extremeño que redujo a la gran Tenochtitlan.Hace poco más de un año, el diario Faro de Vigo publicó una entrevista al exitoso Mouriño Terrazo. Yo la conservo, guardada como documento digital, para recordarme y recordarnos, si se ofrece, que están de vuelta los encomenderos hispánicos, ahora ferozmente revitalizados por la vitamina globalifílica y exportadora de inversiones. Juan Camilo, “Iván” para sus cuates, declaró:—Madrileño de nacimiento, gallego de origen, mexicano de nacionalidad ¿Cómo lleva usted esa mezcla de querencias?—Sin duda que cada una de esas partes hacen de mí lo que hoy soy. Uno es deudor de su pasado. Y es verdad que mi infancia se inicia en Madrid, a donde mi padre fue por razones de trabajo, con largas estancias en Vigo durante los veranos.—Pronto entró México en su vida... —Tenía 6 ó 7 años cuando nos fuimos a México D.F. para pasar luego a Campeche, donde terminé mis estudios tras licenciarme en Economía por la Universidad de Tampa, en Florida. En Campeche se desarrolló mi familia empresarialmente. No es que tenga la nacionalidad mexicana, es que me siento mexicano hasta la médula.—En esa memoria de la infancia ¿Qué lugar ocupa Galicia?—Un espacio inolvidable.Teníamos la oportunidad de dividir nuestras estancias aquí en dos mundos distintos. El marítimo de las rías de Vigo y de Aldán y el interior en Ourense, concretamente en Avión, donde podíamos convivir con la naturaleza y la vida del rural. (…)—Dentro de 20 días cumplirá usted 36 años. ¿Podía imaginar sólo hace 10 que iba a tener tal responsabilidad política?—Cuando uno entra en la política no puede imaginar más que eso inmediato que quiere hacer o ser. De ahí en adelante son muchas circunstancias distintas en las que se mezcla el azar con la necesidad. Por supuesto, deseo personal pero también oportunidades, coyunturas, muchas veces suerte. Hay un dicho popular en México que dice que ‘uno en la política no entra, le meten; y no sale, le sacan’”.Ojo con este sujeto. Piensa en grande y nos va a querer callar a todos.