miércoles, junio 27, 2007
LA DIABETES HOY
Una vez al año miles de médicos y científicos se reúnen para discutir los adelantos y descubrimientos sobre la diabetes mellitus en el congreso de la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés). Aquí se presenta lo más reciente en cuanto a la comprensión, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad y sus complicaciones.
De estas reuniones surgen los lineamientos que rigen a nivel internacional cómo se trata la diabetes. Este año Chicago fue la sede del congreso, que terminó ayer después de cinco días de discutir de sol a sol todos los aspectos de la enfermedad.
A continuación se esbozan algunos de los trabajos que se presentaron y que demuestran dónde se encuentra la diabetes hoy en día.
Todo tiene un lado bueno. Una frase tan trillada y hasta cursi como ésta describe uno de los estudios que rompieron paradigmas. Se trata de la grasa, que tras ser condenada durante las últimas décadas como uno de los asesinos que cobran más vidas en la actualidad, resulta ser benéfica para los pacientes con diabetes mellitus tipo 1. Tras estudiar a 315 pacientes con diabetes de 34 años de evolución, se dieron cuenta que aquellos que tenían mayor cantidad de grasa en el cuerpo morían menos y sus arterias eran más saludables que las de diabéticos más delgados. Aclaran los científicos de la Universidad de Pittsburgh que en este caso la ganancia en peso es un reflejo de mejores tratamientos con insulina y mejor control de la glucosa sanguínea. Así que probablemente, a partir de ahora, las recomendaciones de peso para los diabéticos tipo 1 deberán ser diferentes que para el resto de la población.
¡No más inyecciones! Una compañía inglesa presentó una pastilla de insulina que puede ser ingerida oralmente dejando atrás la necesidad de inyectarla varias veces al día. Se trata de insulina con una cubierta especial que la protege de los ácidos en el estómago y permite que se absorba en el intestino. Hasta ahora la destrucción gástrica de la insulina había sido el problema por el cual la única forma de administrarla era inyectada y, más recientemente, inhalada. Aunque el estudio está en sus fases iniciales, sin duda sería maravilloso que en unos años los diabéticos pudieran decirle adiós a las agujas.
La pesadilla de Mendel. Los genetistas actuales se han vuelto locos durante años tratando de entender la genética de la diabetes mellitus tipo 2. Esta enfermedad, que aqueja a millones de personas alrededor del mundo, es muy complicada de estudiar, ya que sus causas son tanto ambientales como genéticas. Y dentro de las genéticas son varios los genes responsables. Sin embargo, un consorcio internacional llamado Fusion identificó recientemente siete genes que aumentan la susceptibilidad de los individuos a padecer diabetes. Los esfuerzos para identificar los factores genéticos de una enfermedad permitirán la transición de una medicina curativa a una medicina preventiva en la cual se evite el desarrollo de la diabetes antes de que se desarrolle.
En busca del eterno retorno. Una de las estrategias para curar la diabetes consiste en regenerar las células beta, productoras de insulina. En un simposio del congreso se discutieron distintas formas para conseguir la recuperación de estas células aunque hayan desaparecido o muerto. Entre las propuestas está la de inducir la división de las células beta restantes mediante la manipulación de proteínas que permiten la iniciación de la reproducción. Por otro lado se identificaron algunos fármacos, utilizados frecuentemente en el tratamiento de la diabetes, que tienen el efecto poco deseable de inhibir la regeneración de las células beta. Finalmente, otra opción que está sobre la mesa es la producción de novo de las células productoras de insulina a partir de un segundo tipo celular presente en los páncreas adultos. Esperemos que en un futuro cercano las células beta entren al selecto círculo del eterno retorno.
Un lugar para la ética. No podían faltar las células madre y el debate ético que las acompaña. El director del Departamento de Ética Médica de la Universidad de Pensilvania recapituló los vaivenes de la investigación de células madre y se mostró a favor de su uso en investigación médica. Desde su punto de vista, se trata de la estrategia con mayores posibilidades para encontrar una cura contra la diabetes. Además, permitiría tratar a millones de personas, a diferencia de tratamientos actuales como los trasplantes, que no son capaces de cubrir la demanda que tienen entre los enfermos.
La lista de adelantos podría continuar pero el espacio se termina. Así, cada año se da un paso más y con cada paso esperamos estar más cerca de la solución definitiva de la diabetes
De estas reuniones surgen los lineamientos que rigen a nivel internacional cómo se trata la diabetes. Este año Chicago fue la sede del congreso, que terminó ayer después de cinco días de discutir de sol a sol todos los aspectos de la enfermedad.
A continuación se esbozan algunos de los trabajos que se presentaron y que demuestran dónde se encuentra la diabetes hoy en día.
Todo tiene un lado bueno. Una frase tan trillada y hasta cursi como ésta describe uno de los estudios que rompieron paradigmas. Se trata de la grasa, que tras ser condenada durante las últimas décadas como uno de los asesinos que cobran más vidas en la actualidad, resulta ser benéfica para los pacientes con diabetes mellitus tipo 1. Tras estudiar a 315 pacientes con diabetes de 34 años de evolución, se dieron cuenta que aquellos que tenían mayor cantidad de grasa en el cuerpo morían menos y sus arterias eran más saludables que las de diabéticos más delgados. Aclaran los científicos de la Universidad de Pittsburgh que en este caso la ganancia en peso es un reflejo de mejores tratamientos con insulina y mejor control de la glucosa sanguínea. Así que probablemente, a partir de ahora, las recomendaciones de peso para los diabéticos tipo 1 deberán ser diferentes que para el resto de la población.
¡No más inyecciones! Una compañía inglesa presentó una pastilla de insulina que puede ser ingerida oralmente dejando atrás la necesidad de inyectarla varias veces al día. Se trata de insulina con una cubierta especial que la protege de los ácidos en el estómago y permite que se absorba en el intestino. Hasta ahora la destrucción gástrica de la insulina había sido el problema por el cual la única forma de administrarla era inyectada y, más recientemente, inhalada. Aunque el estudio está en sus fases iniciales, sin duda sería maravilloso que en unos años los diabéticos pudieran decirle adiós a las agujas.
La pesadilla de Mendel. Los genetistas actuales se han vuelto locos durante años tratando de entender la genética de la diabetes mellitus tipo 2. Esta enfermedad, que aqueja a millones de personas alrededor del mundo, es muy complicada de estudiar, ya que sus causas son tanto ambientales como genéticas. Y dentro de las genéticas son varios los genes responsables. Sin embargo, un consorcio internacional llamado Fusion identificó recientemente siete genes que aumentan la susceptibilidad de los individuos a padecer diabetes. Los esfuerzos para identificar los factores genéticos de una enfermedad permitirán la transición de una medicina curativa a una medicina preventiva en la cual se evite el desarrollo de la diabetes antes de que se desarrolle.
En busca del eterno retorno. Una de las estrategias para curar la diabetes consiste en regenerar las células beta, productoras de insulina. En un simposio del congreso se discutieron distintas formas para conseguir la recuperación de estas células aunque hayan desaparecido o muerto. Entre las propuestas está la de inducir la división de las células beta restantes mediante la manipulación de proteínas que permiten la iniciación de la reproducción. Por otro lado se identificaron algunos fármacos, utilizados frecuentemente en el tratamiento de la diabetes, que tienen el efecto poco deseable de inhibir la regeneración de las células beta. Finalmente, otra opción que está sobre la mesa es la producción de novo de las células productoras de insulina a partir de un segundo tipo celular presente en los páncreas adultos. Esperemos que en un futuro cercano las células beta entren al selecto círculo del eterno retorno.
Un lugar para la ética. No podían faltar las células madre y el debate ético que las acompaña. El director del Departamento de Ética Médica de la Universidad de Pensilvania recapituló los vaivenes de la investigación de células madre y se mostró a favor de su uso en investigación médica. Desde su punto de vista, se trata de la estrategia con mayores posibilidades para encontrar una cura contra la diabetes. Además, permitiría tratar a millones de personas, a diferencia de tratamientos actuales como los trasplantes, que no son capaces de cubrir la demanda que tienen entre los enfermos.
La lista de adelantos podría continuar pero el espacio se termina. Así, cada año se da un paso más y con cada paso esperamos estar más cerca de la solución definitiva de la diabetes